Caracas, 8 abr (PL) Durante las últimas semanas, la Organización de Estados Americanos (OEA) se ha convertido en un puesto de mando estratégico, donde se está fraguando un golpe de Estado contra Venezuela, en franco contubernio con la ultraderecha más reaccionaria del continente.
Con Luis Almagro, secretario general de la OEA al frente, las
oficinas del organismo continental en Washington sirven de trinchera «diplomática» a los grupos de oposición de la derecha, en alianza con algunos gobiernos del área, que abogan por el derrocamiento del gobierno popular bolivariano.
De pronto, Almagro pasó de ser secretario general de la OEA, a vocero de los partidos opositores venezolanos, según denuncias emitidas por las autoridades de Caracas, que denuncian constantemente el doble rasero del diplomático uruguayo.
Según la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, en los últimos
meses Almagro ha participado en 26 reuniones con la oposición
venezolana, y el 57 por ciento de éstas han sido con militantes del
partido de ultraderecha Voluntad Popular, causantes de los disturbios violentos en Caracas que dejaron 43 muertos en 2014.
Rodríguez también denunció una gran cantidad de viajes que ha hecho el secretario general de la OEA desde que asumió funciones, los cuales fueron usados para pronunciarse contra el gobierno Bolivariano.
La canciller enumeró viajes de Almagro a Colombia, en septiembre de 2015, mientras que en 2016 visitó Italia, Chile, Brasil, Canadá, República Dominicana, Paraguay, a las ciudades estadounidenses de Miami, Nueva York y Georgia; y en 2017 a Bélgica y España, donde en todos los casos, hizo pronunciamientos contra el gobierno de Venezuela.
También destacó que Almagro ha dedicado el 21 por ciento de sus mensajes en la red social de Twitter, a atacar a Venezuela, en los dos años que lleva como Secretario General de la OEA.
A esto se suma la confabulación de gobiernos derechistas del
continente -México, Perú, Paraguay, Argentina, Chile, Brasil-,
encabezados por Estados Unidos, quienes impulsan, incluso violentando las normas de la organización, a crear un ambiente de caos que permita activar la Carta Democrática Interamericana y aislar a Venezuela de la comunidad internacional.
Desde dentro de la nación suramericana, la derecha, con mayoría en la Asamblea Nacional (Parlamento), se mantiene en desacato contra el gobierno y pide, en grosera actitud antipatriótica, la intervención externa para tratar de sacar del poder al gobierno que encabeza el presidente Nicolás Maduro.
Recientemente se revelaron planes concretos de golpe de Estado, en el que están involucrados políticos de los partidos Copei, Voluntad Popular, y Primero Justicia, y la opositora María Corina Machado, que incluían desórdenes violentos en las calles, uso de explosivos y ataques a unidades militares de la Guardia Nacional Bolivariana.
Como respuesta, el pueblo venezolano reaccionó con marchas populares, al lado de sus líderes, para denunciar las maniobras intervencionistas, reafirmar el apoyo popular a la Revolución Bolivariana, y demostrar su absoluta decisión a defender la independencia y soberanía del país.
Es evidente que la derecha venezolana está decidida a seguir sus planes de arrebatar el poder por la fuerza, pero ante sus propósitos, hay un pueblo también decidido a resistir y hacer fracasar esos intentos de destruir la patria de Bolívar. (Tomado de Semanario Orbe)
Venezuela y las rutas para un golpe de Estado
Por Miguel Fernández Martínez