Madrid, 16 may (PL) La obesidad abdominal aumenta el riesgo de sufrir un infarto cerebral isquémico, con mayor impacto en la población femenina, aseguró un estudio publicado hoy en la Revista Europea de Neurología (European Journal of Neurology, en inglés).
Los investigadores propusieron medir la obesidad abdominal en lugar de evaluar la grasa corporal global para predecir el riesgo de ictus.
«El perímetro de cintura refleja mejor el grado de adiposidad que el Índice de Masa Corporal (IMC), sobre todo en el sexo femenino», afirmó una de las dirigentes del estudio, la neuróloga española, Ana Rodríguez.
Por otra parte, en el caso de los hombres, un mayor IMC actúa como factor de protección ante un ictus isquémico, según la especialista.
Ese dato concuerda con la denominada «paradoja de la obesidad», sin embargo, la masa abdominal, analizada independientemente del resto del cuerpo, es un factor de riesgo para ambos sexos, advirtió.
«El IMC no es un indicador fiable para la predicción del ictus, ya que nos informa del peso, pero el peso se puede deber a la grasa y a la musculatura», indicó Rodríguez.
«Personas muy corpulentas y con mucha masa muscular pueden tener un gran volumen corporal y no tener grasa», explicó.
El ictus isquémico ocurre cuando una parte del cerebro deja de recibir sangre súbitamente debido a la oclusión de alguna de sus arterias.
En España, es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres, y a largo plazo puede dar lugar a diversas discapacidades, según fuentes especializadas.