Grupos que apoyan el Acuerdo de París sobre el cambio climático se congregaron hoy frente a la Casa Blanca para protestar contra la decisión del presidente Donald Trump de sacar a Estados Unidos del mecanismo.
A la movilización, convocada por la organización ecologista 350 DC, se unieron cientos de manifestantes, entre ellos el presidente del Comité Nacional Demócrata, Tom Pérez, y el representante de la formación azul Jamie Raskin.
Con consignas como «Levántate, contraataca», «Abandonar París es una pesadilla», «Callemos a Trump», varios asistentes consideraron que este fue un mal día para el país, la economía, el sector energético y el pueblo.
La energía limpia es el futuro de la creación de empleos en nuestra nación, apuntó Pérez; mientras Raskin calificó al cambio climático de un peligro real causado por la actividad del hombre que amenaza a la humanidad.
A través de las redes sociales varios participantes en la protesta indicaron que fue solo una pequeña muestra de lo que sucederá el sábado, cuando decenas de ciudades de todo el país tienen previstas marchas contra la administración de Trump.
«Menos contaminación, más solución», «Reacciona ante la crisis climática», «No hay vuelta atrás», se leyó en algunos de los carteles que portaron los manifestantes.
En una decisión que provocó fuertes reacciones de rechazo dentro y fuera del país, Trump anunció este jueves que saldrá del pacto alcanzado en diciembre de 2015 por 195 naciones para intentar renegociarlo o buscar otro con mejores términos para los estadounidenses.
Según los cálculos del republicano, lo convenido en París «castigaría» a esta nación e instituiría «restricciones energéticas onerosas» que obstaculizarían el crecimiento económico, especialmente en las industrias manufactureras.
Afirmó que cumplir con las normas de emisión de gases de efecto invernadero les costaría cerca de tres billones (millones de millones) de dólares en pérdida del Producto Interno Bruto y 6,5 millones de empleos industriales.
Pero ecologistas, científicos y analistas no respaldan ese criterio, pues estiman que la unión de la comunidad internacional en torno al pacto es la mejor forma de hacer frente al fenómeno que amenaza al planeta.
Al mismo tiempo, varios expertos rechazan la consideración de que el acuerdo afectaría la economía y el empleo en Estados Unidos, pues resaltan que el país puede crecer como proveedor de infraestructura para la energía limpia, un área con potencial para crear millones de puestos de trabajo.