Un peligro latente

Guillermo Robles Ramírez
Por Guillermo Robles Ramírez

El fin de semana dieron a conocer la sentencia sobre el lamentable accidente de la Guardería ABC en la ciudad de Hermosillo, Sonora cuando un incendio sucedió lamentando 49 vidas de menores de edad.

Durante ocho largos años se les hizo justicia a los familiares que fueron afectadas, este incidente en donde condenaron a 19 ex funcionarios estatales, municipales y trabajadores de la guardería por su responsabilidad en los delitos de homicidio y lesiones culposas en donde además de las 49 muertes de los menores de edad, más de 100 resultaron con lesiones.

Sin lugar a duda un verdadero triunfo ante una negligencia y omisión por parte de las autoridades, aunque con todo el respeto del mundo, cualquier sentencia nunca llenará ese dolor y mucho menos regresarán a la vida esas 49 inocentes almas.

Pero nuestras autoridades qué han hecho durante esos ocho largos años. En su momento, es decir, después de junio del 2009 las autoridades se movieron y empezaron a buscar como cacería de brujas todas aquellas guarderías que no cumplieran con las normativas de seguridad para clausurarlas o que se regularizaran, pero esta movilización no fue solamente en aquella entidad sino fue a nivel nacional.

En la actualidad tanto por parte de la misma sociedad y principalmente las autoridades han bajado la guardia a este tema y durante todos estos años se han incrementado el negocio de las guarderías que están abiertas incumpliendo no solamente las normas oficiales Seguro Social, sino también las regulaciones de Protección Civil.

Lo mismo ocurre con todas aquellas universidades “patitos”, que prevalecen en toda la república ofertando carreras que ni siquiera existen para profesar aquí en México.

No hay autoridad que, en estos momentos, realice una búsqueda de este tipo de negocios ilícitos, porque posiblemente no son reflectores suficientes para posibles votantes, y nada más están enfocados a darle difusión a aquellos decomisos grandes de droga y captura de capos para poder justificarse que se está haciendo algo. Pero tampoco olvidemos que el lucrar con la educación también es un negocio ilícito y de igual manera afecta a la sociedad.

Pero el silencio de los ciudadanos los hace igual de culpables que las mismas autoridades en no querer hacer algo al respecto. Ambos saben en donde están tanto las guarderías y universidades “patito” porque son instalaciones que están a la vista y pasada de todos, pero nadie hace nada.

No se vale que a la existencia de una necesidad como es la carencia de guarderías suficientes para satisfacer una demanda o bien la ineficiencia distribución en las zonas urbanas hacen que oportunistas lucren de la misma necesidad.

De la misma sucede con las universidades “patito” que ante la carencia de instituciones para la educación profesional creadas por el estado o la federación, en donde el costo de dichas instituciones educativas estén al alcance de la gente joven que quiere estudiar una carrera.

En ambos casos tanto guarderías como instituciones educativas patitos lucran de manera irregular y de la misma manera tanto sus instalaciones carecen de normativas de seguridad o prevención siendo un peligro latente. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013)

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