Londres, 5 ago (PL) Encarnado en el estadounidense Justin Gatlin, Dark Vader montó una conspiración con el dios Cronos y juntos hicieron desvanecer la galaxia del rey, el rayo jamaicano Usain Bolt, quien, incrédulo, claudicó y cedió el trono de los 100 metros lisos.
Nadie lo podía creer. «Is a fake» (es un farsante), gritaban a viva voz miles de aficionados británicos al presenciar la victoria de Gatlin en el hectómetro del Mundial de atletismo de Londres.
En las gradas se escuchaban abucheos constantes y fuertes ataques verbales hacia el nuevo campeón, un hombre que dio dos veces positivo por dopaje en su carrera profesional, pero que sigue negado a alejarse de las pistas aunque tiene 35 años en sus costillas.
Para colmo le aguó la fiesta a Bolt en una noche de celebración, en el día de su adiós a los 100 metros, en el momento que recogería para siempre su álter ego y lo guardaría en las gavetas de la historia del deporte, para comenzar una nueva vida en el fútbol.
Sin embargo, nadie puede engañarse. Además del performance de Gatlin (9.92) debemos recordar que Bolt (9.95) finalizó en la tercera posición, superado además por el también estadounidense Christian Coleman (9.94).
Tiempos de risa para Bolt, un ser sobrenatural que llegaba trotando a la meta en sus mejores tiempos y era capaz de detener los relojes en 9.80 o por el estilo.
El dios Cronos hizo acto de presencia. Los 30 abriles del rayo caribeño -casi 31- y el pobre nivel de sus entrenamientos en la presente temporada le pasaron factura.
De hecho, ese fue el peor tiempo para un ganador de la final de un Mundial desde la cita de París-2003, algo que demuestra aún más las pésimas condiciones físicas del jamaicano, quien llegó a la competencia con un 9.95 como mejor marca, muy pobre para su talento natural.
De cualquier manera, Bolt atesora 14 medallas en Mundiales (11-2-1) y es el máximo ganador de preseas empatado con su connacional Marlene Ottey, también velocista.
Si como todos esperan, lograra sacar algún metal de la pista en el relevo 4×100 se convertiría en el ser humano con más trofeos en estos certámenes ecuménicos.
La leyenda de Bolt jamás será empañada por esta derrota en el estadio Olímpico Reina Isabel. Mucho menos si echamos un vistazo al 9.58 de 2009, un registro que perdurará por años en los libros de récords, y a su soberbio historial en las pruebas de velocidad pura, siempre inmaculado en los controles antidoping.
Imagino que en algún momento nazca otro superhéroe de «comics» y destruya los récords de Bolt. Obvio, eso ocurrirá dentro de mucho tiempo, cuando el cambio climático aligere el peso de las moléculas del aire y los atletas usen zapatos de charol con suelas ultrasónicas de titanio, de alguna marca bien conocida.
Mientras, Gatlin podrá saborear su título mundial de 2017, aunque siempre será visto como el gran villano de la película, el inigualable Dark Vader.
A todas estas ya muchos se preguntan: ¿Se retirará de las pistas Bolt después de este resultado o recapacitará y volverá al ruedo con nuevos bríos?
Dark Vader y el Dios Cronos derrumbaron la galaxia del rayo Bolt
