Washington, 25 ago (PL) El huracán Harvey, de categoría cuatro en la escala Saffir Simpson de cinco, tocó tierra hoy entre Port Aransas y Port O’Connor, en el estado norteamericano de Texas, con vientos máximos sostenidos de 215 kilómetros por hora.
Los vientos de fuerza de huracán se extienden hasta 65 kilómetro alrededor del centro del organismo ciclónico, y los de tormenta tropical alcanzan un área de hasta 220 kilómetros, según informó el Centro Nacional de Huracanes.
El fenómeno meteorológico, que tocó tierra aproximadamente a las 22:00 horas del centro (23:00, hora local en esta capital), tiene las mayores ráfagas en la zona más cercana a la costa mientras se mueve hacia el norte, lo que provocará fuertes penetraciones del mar en el área central del estado.
Los meteorólogos han enfatizado que no es solo el viento lo que hace peligroso a Harvey, sino las lluvias y marejadas que causará durante el fin de semana, las cuales llevarán a fuertes inundaciones que podrían impedir a las personas evacuadas regresar a sus hogares en días.
Expertos y funcionarios gubernamentales advirtieron de inundaciones catastróficas, vientos feroces de 210 kilómetros por hora y una oleada de tormenta que superaría los tres metros.
De acuerdo con el diario The New York Times, el sentimiento de ansiedad y confusión que precedió al impacto en tierra se agravó este viernes por mensajes mezclados de funcionarios estatales y locales.
En una conferencia de prensa en la tarde, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, urgió a los habitantes de la ciudad de Houston, donde residen 2,3 millones de personas, a considerar la evacuación. «Creo que sería una buena idea tomar unos días libres, salir del área», dijo.
Después de ese mensaje, el alcalde de la urbe, el demócrata Sylvester Turner, quien durante días pidió a los residentes refugiarse en el lugar, aconsejó en un mensaje de Twitter: «Piensen dos veces antes de intentar dejar Houston en masa. No se han emitido órdenes de evacuación».
Poco antes de que Harvey llegara a este país como el huracán más poderoso en los últimos 12 años, el presidente, Donald Trump, escribió en Twitter que a petición de Abbott firmó una declaración de desastre para Texas, con el fin de «liberar las ayudas gubernamentales» necesarias en el territorio.
La oleada de tormenta, junto con la lluvia, podría conducir fácilmente a daños a la propiedad por miles de millones de dólares y, casi con certeza, a la pérdida de vidas, había escrito el gobernador al jefe de la Casa Blanca.