México, 28 ago (PL) La violencia contra sacerdotes de la Iglesia Católica en México es hoy un tema pendiente por resolver al igual que el de miles de desapariciones forzadas.
En lo que va del actual gobierno se reportan 19 asesinatos contra párrocos y dos dados por desaparecidos, de estos cuatro casos en este año.
Miembros de la Comisión de Seguridad reconocen que las acciones por bandidos contra los ministros de la iglesia han crecido y piden aumentar los niveles de protección en los templos.
Entre los hechos más lamentable está el acontecido en La Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos de Ciudad de México en mayo pasado, cuando fue apuñalado el sacerdote Miguel Ángel Machorro, quien murió tres meses después.
En el municipio de Nezahualcóyotl, estado de México, fue ultimado el capellán Luis López, de 73 años de edad y 32 de servicios.
El padre Juan Botello, de la iglesia Llagas de Nuestro Señor Jesucristo de la colonia Juventino Rosas, en Iztacalco, fue amenazado de muerte por tres delincuentes.
Lo más reciente ocurrió este mes en la Conferencia del Episcopado Mexicano, cuando un encapuchado detonó un artefacto causando daños materiales en el inmueble.
Ante estos niveles de agresividad las autoridades demandan que los obispos acudan a denunciar y exigir seguridad para sus parroquias y viviendas, así como colocar medios técnicos de protección.