David Robert Jones más conocido por su nombre artístico David Bowie, nació en Londres un 08 de enero de 1947 y murió en Nueva York el 10 de enero de 2016. Yo nací un 09 de enero de 1973, año en que apareció Aladdin Sane; sexto álbum editado por la discográfica RCA Records, que publicó tras The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, considerado como uno de los mejores de su carrera, y el primero que escribió desde un genuino estatus de estrella pop.
Años más tarde, su música llegó a México a través de una cultura Glam rock que estuvo presente a lo largo de toda mi infancia: lo escuchaban mis hermanos, los amigos de mis hermanos, mis padres; mis tíos, los amigos de mis padres. Con mis primeros ahorros fui al tianguis del Museo del Chopo a comprar mi primer acetato The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars, el álbum del año de mi nacimiento. Sin embargo la canción que escuché, sin proponérmelo, durante los momentos más difíciles en mi vida fue Space Oddity. Pieza en la que supuestamente se narra el lanzamiento del Apolo 11 al espacio exterior. El Mayor Tom desconectado de toda comunicación con la tierra describe la sensación desoladora y alucinante de flotar dentro de una ínfima cajita de lata. En una línea de la canción, Bowie también se refiere al espectáculo triste de ver a la Tierra desde el espacio: “Planet Earth is blue and there’s nothing I can do”.
Otra coincidencia que me liga a éste ser humano excepcional, es que mis producciones de libro-objeto, aparecieron publicadas junto a una fantástica versión de David Bowie-libro de artista, en las recomendaciones de «El Asombrario & Co», una revista electrónica especializada en arte, música, cine y literatura; en Madrid, España.
Mi querido Ziggy Stardust, Jefe de las Arañas de Marte, Alien, Delgado Duque Blanco; Mayor Tom, Rey Goblin, Starman, Alma de Plástico, Tin Machine, Aladdin Sane, Mr. Lawrence, David Robert Jones, The Bow, Electric Bowieloo, Mr. Tip Tippy-Top, Nama Nama, Il Bowierino, Detective Moff Cherokee: a dos años de tu partida, míranos desde el lugar al que te fuiste. Aquí siempre estarás vivo.
COINCIDENCIAS MARAVILLOSAS
Por Mónica González Velázquez