Por Víctor Gaspar
Cuatro visiones particulares sobre la exposición Roberto Montenegro, expresiones del arte popular mexicano, se recogen en el catálogo correspondiente a la muestra.
Su editora, Lizbeth Sánchez, explica que “los autores son Sol Turín de la Borbolla, que hace un recorrido de todas las políticas públicas en el momento en el que Roberto Montenegro trabajó en toda esta recolección. También tenemos el texto de Ana Garduño, que retoma este papel de Montenegro como difusor, pero sobre todo ligándolo con su colaboración con los ministros de estado de esa época, Vasconcelos, Pani…”.
Los otros dos textos se acercan más al aspecto estético. Al respecto, Sánchez señala que el catálogo cuenta con textos de “Julieta Ortiz Gaitán, que aborda el trabajo de Montenegro”, pero de la manera en que Montenegro “integró el arte popular en los murales que pintó. Tenemos el texto de Arturo López Rodríguez, que es el texto curatorial y que es la base de la exposición”. En opinión de ésta, si bien seguimos en el México actual considerando las expresiones populares como arte, se impone una mayor documentación de técnicas con las que se crea. De ello se deriva parte de la importancia del legado de Roberto Montenegro, quien “fue uno de los primeros artistas, después de la época de la revolución, que eleva a la categoría de arte al arte popular. Antes era visto como una artesanía nada más, como objetos de uso cotidiano. Pero él, junto con otros artistas e intelectuales, junto con Vasconcelos, con Jorge Enciso, le regresa al arte popular su verdadero valor estético”.