Por Alberto Aranda
La gran pirámide de Cholula, en Puebla es el basamento piramidal más grande del mundo con 450 metros de lado. Es, también, la pirámide más grande en volumen con tres millones 300 mil metros cúbicos, aunque no en altura. Tiene 66 metros de alto, similar a la del Sol en Teotihuacán que tiene 64 y a la del Templo IV de Tikal que tiene 70, mientras que la gran pirámide de Guiza, en Egipto, tiene una altura de 139. Sobre este cerro hecho a mano se levantó la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, la cual era la virgen conquistadora de Hernán Cortés. En el sismo de 1999 este pequeño templo sufrió daños y requirió la intervención del INAH y, en particular, de Moisés Morales Arizmendi.
El restaurador señala que “en el sismo del 99 se cayeron los dos pisos de los anexos, tanto del mayordomo como del otro portal, ahí había dos pisos y se vinieron abajo en 20 segundos que duró el sismo del 99. Se hicieron intervenciones y ya para el 2002 nos invita el Padre Amador Tapia, el párroco de San Pedro Cholula, a hacer el proyecto. Lo primero que le comentamos es que no se podía intervenir hasta que no se hiciera el estudio de la pirámide, cómo se mueve porque es la que está cargando.”
Se realizaron mediciones de ondas eléctricas para conocer el subsuelo y las densidades de las capas de la pirámide, además se hizo el modelo de la estructura del santuario para saber cómo se mueve.
“Se aumentaron dos contrafuertes en las torres, porque las torres con el sismo del 99 están desplomadas, casi 40 centímetros arriba. Esas no las podemos regresar a su lugar. Lo único que hicimos fue detenerlas. Lo mismo todo el crucero se volvió un encapsulado y se volvieron contrafuertes.” Estas medidas le dan estabilidad al cuerpo de la iglesia y la ayudaron a soportar el movimiento ocasionado por el sismo de septiembre de 2017. Solamente el remate de las torres se vino a abajo. “Si vemos el efecto del 2017, que fue un sismo mucho más fuerte, todos los cupulines de abajo se cayeron pues este también se le cayeron”.
El interior de la iglesia no fue afectado, lo mismo el arte sacro que ahí se encuentra, incluida la virgen del altar y las que bajan a los distintos barrios de Cholula a lo largo del año. La restauración requirió más de dos millones de pesos por parte del gobierno federal. Los trabajos fueron supervisados por el INAH y se contó con el apoyo del mayordomo Ernesto Cuacuas Pérez y la comunidad.
“Son torres que no son originales porque hubo una intervención en 1930. Un ingeniero hizo una integración muy interesante porque le mete columnas a los campanarios y parece que fueran de mampostería y no son. Bajo esa estructura, el cupulín estaba montado en un anillo de concreto y ahí sí lo hicieron de tabique. Ese es el que se cayó. Ese cupulín pesaba cerca de tres toneladas y media. Dijimos vamos a hacerlo más flexible y menos pesado, le quitamos dos toneladas a cada cupulín.
“Hoy la obra que van a mostrar está terminada. Se inició desde el 9 de octubre y está concluidas en un proceso de muestra de una restauración y también de una reconstrucción para que el santuario tenga su vida cotidiana como lo van a tener todos los templos y inmuebles históricos que fueron afectados por el sismo del 19 de septiembre”, explicó al final Víctor Hugo Valencia Varela, Director del INAH Puebla.