Washington, 27 mar (PL) La Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense, la cual consagra el derecho de los ciudadanos a poseer armas de fuego, nunca será derogada, aseguró el presidente Donald Trump.
En su cuenta personal de la red social Twitter, el mandatario republicano manifestó que a los demócratas les gustaría ver que eso sucediera, pero, a pesar de las palabras de ayer del exjuez de la Corte Suprema de Justicia John Paul Stevens, de ninguna manera ocurrirá.
«Necesitamos más republicanos en 2018 y siempre debemos mantener la Corte Suprema (mayor cantidad de jueces de ese partido)», puntualizó el jefe de la Casa Blanca.
Stevens, de 97 años edad y retirado desde 2010, instó la víspera en un artículo de opinión en el diario The New York Times, a derogar la Segunda Enmienda.
Consideró que esa parte de la ley de leyes ha sido distorsionada por cabilderos de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).
A su juicio, ese poderoso lobby a favor de la tenencia y el uso de armamento pretende extender dicha enmienda más allá de su intención original.
Para Stevens, el movimiento surgido tras el letal tiroteo del último 14 de febrero en una escuela de Florida es muestra del amplio apoyo público a los intentos por minimizar el riesgo de asesinatos masivos, en la sociedad estadounidense.
Nikolas Cruz, un exalumno de 19 años de edad, mató ese día en la secundaria Marjory Stoneman Douglas, de la ciudad de Parkland, a 17 personas e hirió a la misma cantidad con un fusil AR-15 que adquirió de manera legal.
Tal apoyo es una clara señal para que los legisladores promulguen leyes que prohíban la propiedad civil de armas semiautomáticas, expuso el otrora juez.
Además, abogó por elevar de 18 a 21 años la edad mínima de una persona para adquirir armas, y fortalecer el sistema de verificación de antecedentes para los compradores de dichos medios.
«Pero los manifestantes deberían buscar una reforma más efectiva y duradera, deberían exigir la derogación de la Segunda Enmienda de la Constitución», puntualizó Stevens.
Recordó el fallo de la Corte Suprema en 2008, al cual él se opuso, que sostuvo que la Segunda Enmienda protege el derecho individual a portar armas incluso, para quienes no están afiliados a una milicia.
La revocación de esa decisión mediante una enmienda constitucional haría mucho más para debilitar la capacidad de la NRA, por obstaculizar el debate legislativo y bloquear una norma constructiva de control de armas que otra alternativa disponible, añadió.