Por Salvador Perches
Entre legumbres, pescado, frutas, quesos y fritangas surgen voces que engalanan con su canto los sitios que han servido para surtir refrigeradores y alacenas. Se trata de Ópera en los mercados, iniciativa promovida por el INBA que es parte del Programa da Acción Cultural Comunitaria.
Carlos Medrano, director de enlace del INBA, explicó que esta acción pretende acercarse a la red de Colectivos Culturales de la Ciudad de México en las 16 delegaciones para establecer con ellos una relación y fortalecer las formas de autogestión que existen en la Ciudad de México por medio de este acompañamiento.
La historia de Ópera en los mercados comenzó en 2010 en el Festival Internacional Cervantino y se hizo en el mercado Hidalgo de Guanajuato. En Barcelona, Dallas y Florencia se han hecho ejercicios semejantes y la idea es hacerlo con las óperas más conocidas, como Carmen, La Traviata y Elixir de amor.
Los cantantes que participaron fueron Dante Alcalá, tenor; Enivia Mendoza, soprano; Belem Rodríguez, mezzosoprano. Pero no todos los cantantes son ajenos al mercado, Francisco Pedraza es locatario y también forma parte de los intérpretes.
Entre confusión y sorpresa, los cantantes aparecen detrás de las manzanas, las cebollas y los pollos. “Hacemos como que se mimeticen con lo cotidiano del mercado para que la gente que cotidianamente entra al mercado, por primera vez se encuentre con una sorpresa”, dijo César Piña, director de escena.
La clientela, sin salir de su asombro, disfrutó del espectáculo. Al terminar, se percatan que no salen del mercado tal como entraron. “Es una experiencia muy fuerte, muy padre porque la gente ni se lo imagina, de repente ya está en contacto con la ópera y ya está metida con la ópera, yo apuesto que la gente que por primera vez lo escucha así la va a buscar para siempre”.