Ottawa, 19 sep (PL) El presencia en Washington de la ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Chrystia Freeland, para reanudar las negociaciones sobre un nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), es tema destacado hoy en la prensa local.
Ambos lados retoman este miércoles las conversaciones justo 11 días antes del plazo estadounidense para proporcionar al Congreso el texto actualizado de un acuerdo que data de 1994.
Pese a las urgencias explícitas del vecino, Freeland reiteró que el único objetivo de Canadá es lograr un trato que sea justo para su país y no aquel que surja de «un cronograma prescrito».
La canciller insistió a los periodistas en su creencia absoluta de que es preferible no llegar a acuerdo alguno antes que cerrar un mal negocio. Línea defendida por el gobierno del primer ministro, Justin Trudeau.
Hay que aceptar un acuerdo, pero con cautela
Para Freeland cualquier negociador que entra a un trato «creyendo que debe llegar a un acuerdo a cualquier precio», estará obligado a pagar un alto precio.
Un reporte difundido por CTVNews señala que cuando la ministra de Asuntos Exteriores, aterrizó en Washington D.C. el martes por la noche, portaba una camiseta blanca con dos inscripciones sugerentes.
El mensaje más llamativo estaba en la parte posterior, en su espalda: «Mantenga la calma y negocie Nafta (sigla en inglés del Tlcan)».
La televisora preguntó si la camiseta podría significar una buena suerte para las negociaciones y Freeland respondió «eso espero».
El viaje de Freeland se produce cuando un importante republicano de la Cámara de Representantes emitió una seria advertencia acerca de que la paciencia y el tiempo se agotan para que Canadá participe en un acuerdo comercial trilateral.
Para el líder de esa instancia legislativa, Steve Scalise, hay una «creciente frustración con muchos en el Congreso sobre las tácticas de negociación de Canadá» y subrayó su preocupación porque Ottawa «no esté dispuesto a hacer las concesiones necesarias».
En la misma cuerda, el presidente Donald Trump, se hizo eco de este sentimiento y durante una conferencia de prensa conjunta ayer con su homólogo polaco, Andrzej Duda, apostilló que Canadá «se ha aprovechado de nuestro país durante mucho tiempo».
Seguidamente, el mandatario habló de su «amor» por Canadá y su gente, pero recriminó que están en una posición que no es una buena. «No pueden seguir cobrándonos un arancel del 300 por ciento sobre productos lácteos. Y eso es lo que están haciendo», dijo.
Estados Unidos y México llegaron a un consenso luego de un período de negociaciones bilaterales, y desde que se anunció el entendimiento, Freeland y su equipo tuvieron un intenso periodo de pláticas sobre puntos conflictivos, uno de ellos el mecanismo de resolución de disputas y la protección de las industrias culturales canadienses.
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