Por: Cristóbal Coello Maceda
Las redes sociales tienen dos caras, como el Dios Jano, una buena y una mala. Lo que preocupa es que la cara mala está empezando a ganar por paliza. Algo malo lo podemos ver en las noticias falsas y la gente sexista, racista y fascista que ahora tiene una voz amplificada.
Otra es que las redes sociales son una amenaza para la democracia porque son fáciles de manipular, tan fáciles de usar para desinformar, difundir propaganda y mentiras. Lo vimos con más intensidad en las pasadas elecciones y al parecer ya es algo de todos los días.
Pero el problema que más nos preocupa es que el orden social ha sido alterado en una forma negativa, ¿tienen que ver con esto las redes sociales? Sí. Por ejemplo, en México han crecido los linchamientos en un 300 por ciento y en intentos un 900 por ciento. Es que si mezclamos el avance de las tecnologías –la existencia de algoritmos que promueven contenidos de indignación- con lo que la gente le gusta ver: drama y dolor de la gente, se están operando nuestros antiguos instintos que regían a la indignación moral, sobre todo a lo que se refiere a la solución de problemas públicos como la impunidad.
¿Cómo funciona esto? Desde el comienzo de la humanidad hay una reacción ante actos que producen indignación moral, estos antiguos instintos se alteraron con la llegada de las redes sociales y se inflan de forma artificial. Por eso, ante actos de injusticia, como una forma de asegurarnos la pertenecía a un grupo y que la convivencia se conserve desde ciertos límites convenientes para todos, la gente opta hacerse justicia por su propia cuenta, la mayoría de veces sin razón ni motivo.
Al compartir contenidos indignantes sin importar su valor social o incluso si ser verídicos estamos promoviendo este tipo de actos, la verdad es que los algoritmos en línea los ponen a nuestra disposición por encima de otros contenidos y cada interacción por parte de los miembros de la comunidad digital produce dopamina en el oferente, lo cual refuerza que éste siga publicando contenidos similares. Además de producir un tipo de adicción en los usuarios de redes sociales.