Washington, 9 oct (PL) Nuevas denuncias y revelaciones relacionadas con el escándalo por abusos sexuales y casos de pedofilia continúan empañando hoy la labor de representantes de la Iglesia Católica en Estados Unidos.
De acuerdo con reportes de prensa, decenas de testimonios de afectados se produjeron en los últimos días en los estados de Michigan, California y Florida.
En ese último territorio, más de 15 víctimas declararon ante autoridades sobre los maltratos recibidos, y su fiscal general, Pam Bondi, manifestó sentirse satisfecha con la respuesta del público tras una investigación al respecto.
Por su parte, la diócesis de San Bernardino, California, decidió publicar una relación de sacerdotes acusados de cometer abusos sexuales contra menores de edad desde 1978.
Tal listado comprende a 34 religiosos, entre ellos 14 fallecidos, igual cantidad de alejados de la sede eclesiástica, y cinco retirados del sacerdocio, precisaron las fuentes.
La diócesis se basó para dar ese paso en consideradas «acusaciones creíbles», que extrajo de sus propios registros, en los cuales existen múltiples criterios de los perjudicados.
Asimismo, en Lansing, Michigan, se le revocó la autorización sacerdotal a un clérigo anciano, reconocido como Robert Gerl, por denuncias de agresión sexual, realizada varias décadas atrás.
El último 14 de agosto, la Corte Suprema de Pensilvania emitió un informe que identificó a más de 300 miembros de la Iglesia Católica en ese estado acusados de cometer abusos sexuales contra menores durante 70 años.
Dicho reporte, de un gran jurado que escuchó el testimonio de las víctimas y se reunió con ellas durante dos años, detalló más de mil casos registrados en seis de las ocho diócesis del territorio y describió un esfuerzo de encubrimiento sistemático por los líderes católicos.
Josh Shapiro, fiscal general de Pensilvania, expresó en una conferencia que aunque en el documento se relacionaron más de un millar de afectados se cree que existan más.
También, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos solicitó al Vaticano el 16 de agosto una investigación sobre las acusaciones de abusos sexuales cometidos por el excardenal norteamericano Theodore McCarrick, lo cual tuvo respuesta positiva de la Santa Sede.
Según el pedido, el proceso contra el religioso, quien renunció en julio a su responsabilidad eclesiástica, deberá estar respaldado por investigadores laicos.
Cualquier detalle que emerja relativo a McCarrick o los muchos abusos en Pensilvania, sabemos que una de las causas es el fracaso del liderazgo episcopal, apuntó entonces en un comunicado Daniel DiNardo, presidente de la referida conferencia.
A finales de agosto, Edward J. Burns, obispo de Dallas, Texas, pidió al papa Francisco en una carta que convoque a un sínodo mundial ante las denuncias por el referido asunto.
Para Burns, la crisis que ha provocado este problema, existente durante años en la Iglesia Católica, demanda ser atendida con urgencia.
Se extiende el mal
Todos estos casos se están desarrollando a nivel local, nacional e internacional; si vamos a ver el asunto de frente, tenemos que mirarlo juntos, apuntó el remitente de la misiva.
Informaciones periodísticas recordaron que el llamado a un sínodo es inusual, y generalmente ese tipo de asambleas se reserva para asuntos de doctrina y administración.
Asimismo, agregaron, resulta poco frecuente que un obispo haga ta demanda al Santo Padre.
Burns comentó a reporteros que decidió enviar la carta al Papa después de reunirse con feligreses del norte de Texas, quienes, añadió, expresaron sentimientos desde la frustración y la ira hasta la fidelidad y la esperanza.