Naciones Unidas, 16 oct (PL) Cuba se sintió con fuerza hoy en un evento organizado por Estados Unidos, país que pretendió atacar a la isla en temas relacionados con los derechos humanos y terminó acusado por sus violaciones en esa materia.
La misión norteamericana ante la ONU fue la promotora de la acción que tuvo lugar esta tarde en la sala del Consejo Económico y Social (Ecosoc) del organismo multilateral, un espacio donde los gritos de «¡Cuba sí, bloqueo no!» retumbaron por encima de las voces de quienes arremetieron contra el país caribeño.
Desde el momento en que la representante de Estados Unidos ante el Ecosoc, Kelley Currie, comenzó a hablar sobre la mayor de las Antillas en el tono hostil que suele caracterizar al discurso de Washington, diplomáticos del territorio caribeño irrumpieron con un mensaje destinado a desmontar tales ataques.
Currie abrió el panel integrado también, entre otros, por el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro; y Michael Kozak, de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado, quienes lanzaron la campaña Jailed for what (Encarcelados por qué).
Bajo el argumento de hablar sobre supuestos presos políticos que, según aducen, existirían en Cuba, los participantes en la acción repitieron argumentos que suele emplear la nación norteamericana para tratar de justificar el bloqueo contra la isla, rechazado prácticamente por todo el mundo.
Este evento carece de legitimidad y jamás se debió permitir su realización en los predios de Naciones Unidas, porque su objetivo es atacar a uno de sus Estados miembros, denunció la representante permanente de Cuba ante la ONU, Anayansi Rodríguez.
La diplomática también exigió el levantamiento del cerco económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra el territorio vecino hace más de 55 años, el cual Cuba denuncia como la mayor violación a los derechos humanos de su pueblo.
Ella y otros miembros de la misión de la isla, que además realizaron ruidos frecuentes en rechazo lo que calificaron como un ejercicio políticamente motivado, llamaron a Estados Unidos a concentrarse en las violaciones de derechos humanos existentes en su territorio.
La representante permanente alterna del país caribeño, Ana Silvia Rodríguez, sostuvo que Estados unidos debe pedir perdón al mundo por todos los crímenes cometidos contra la humanidad.
Mientras los miembros del panel trataban de continuar con su arremetida contra la mayor de las Antillas, pocos días antes de una esperada nueva condena internacional contra el bloqueo el próximo 31 de octubre en la Asamblea General de la ONU, Rodríguez volvió a preguntar por qué Washington no levanta tal política.
Además, sostuvo que si tan comprometido está el Gobierno norteamericano con los derechos humanos, por qué no ha permitido una investigación internacional sobre las torturas y atrocidades cometidas por sus fuerzas en la Base Naval ubicada en Guantánamo, en el oriente de Cuba, contra la voluntad del país caribeño.
Las dos representantes cubanas y otros miembros de la legación de la isla cuestionaron cómo pretende Estados Unidos solucionar la existencia de perfiles raciales en las instituciones encargadas del cumplimiento de la ley, o por qué no diseñaron una campaña para defender los derechos de niños inmigrantes encarcelados.
Fuertes críticas
Al hablar sobre esos temas, mostraron imágenes de menores retenidos en la frontera sur norteamericana, de brutalidad policial en las calles y de prisioneros en Guantánamo y Abu Ghraib, Iraq, ante un auditorio en el que también estuvieron miembros de la sociedad civil estadounidense.
Estos últimos se unieron a los clamores a favor de la isla, frente a una participación muy reducida de personas interesadas en escuchar el discurso de la misión de Estados Unidos y sus invitados.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba remarcó en un comunicado que no puede hablar de derechos humanos y democracia un país cuyo sistema electoral es corrupto por naturaleza y tiene un gobierno de millonarios, destinado a aplicar medidas salvajes contra las familias de menos ingresos, los pobres, las minorías y los inmigrantes.
Según el texto, la nación que intentó ser acusador hoy tiene campañas electorales y procesos políticos sin límites éticos, en las cuales «se promueve el odio, la división, el egoísmo, la calumnia, el racismo, la xenofobia y la mentira», mientras el dinero y los intereses corporativos son los que definen quién será electo.
Criterio similar expresó el representante permanente de Bolivia ante
la ONU, Sacha Llorenti, quien asistió al evento en apoyo a la postura de Cuba y señaló que Washington no tiene autoridad moral para hablar de derechos humanos.
Llorenti señaló que cuando a Estados Unidos no le conviene, rechaza el Acuerdo de París sobre cambio climático, el Pacto Global sobre Migración y le da la espalda al Consejo de Derechos Humanos del organismo multilateral.
Pero cuando necesita el logo de la ONU para su campaña política, añadió, utiliza los salones de Naciones Unidas.