Ottawa, 18 oct (PL) Opiniones a favor, otras en contra, matizan hoy el escenario en Canadá, un día después de la despenalización de la marihuana con fines recreativos.
Pese a la defensa del primer ministro, Justin Trudeau, hacia la legalización de la marihuana, un punto que fue, por cierto, tema de campaña para los liberales en 2015, hay sectores enojados.
Una coalición de grupos preocupados por los riesgos para la salud asociados con el consumo de la droga (que era legal aquí con propósitos medicinales desde 2001), llamó a la luz verde a esta práctica como «día oscuro para Canadá».
La portavoz de la coalición, Pamela McColl, consideró que la legitimación normaliza una sustancia peligrosa y posiciona a este país como base para la expansión global de la industria de la marihuana.
«Es un día muy, muy oscuro para Canadá», dijo a los periodistas al insistir en las afectaciones que se derivarán de este cambio de política. «Será terrible en términos de conductores drogados, daño cognitivo a los niños, más adicción, más costos».
El grupo presentó un nuevo sitio en Internet (Potwatch.org) para recibir quejas sobre la ley que recién entró en vigor y denunciar violaciones.
Podría afectar más allá de sus fronteras
Según la televisora CBC, Kevin Sabet, exasesor principal de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, señaló que las decisiones tomadas por Ottawa tienen efectos más allá de sus fronteras.
Sabet advirtió que el paso significará el aumento de grandes corporaciones de cannabis que no tienen interés en la salud pública. «Vamos demasiado lejos, demasiado pronto», apuntó.
De otro lado, los defensores opinan que van en la dirección del progreso. Algunos reclaman solo igualdad de derechos «para que cada ciudadano canadiense la cultive, la fume y la venda, por supuesto, a partir de los 19 años», como comentó Dillon Mcardle.
Entretanto Tristan Risk alabó la nueva legislación del consumo, porque «me gusta poder hacerlo de manera legal, segura y pública».
En correspondencia con la ordenanza la hierba la producirán compañías privadas bajo licencia gubernamental; la posesión no podrá exceder los 30 gramos, mientras que la edad mínima de compra y consumo será de 18 años, aunque las provincias podrán establecer sus límites.
De esta forma Quebec y Alberta mantendrán la señalada por Ottawa, pero en el resto del territorio nacional será de 19 años.
El lunes Trudeau tranquilizó a los ciudadanos debido al reto que significan las transformaciones que implicarán las nuevas leyes.
Para el gobernante, Canadá tiene un sistema que está fallando, el cual no protege a los jóvenes o las comunidades de la participación del crimen organizado en el comercio de la droga. «Es por eso que estamos en el proceso de legalizar (la marihuana)», afirmó.