Washington, 26 nov (PL) La estadounidense Patrulla Fronteriza en San Diego, California, detuvo la víspera a 42 inmigrantes centroamericanos tras cruzar ilegalmente la línea divisoria desde la ciudad mexicana de Tijuana, confirmó hoy su jefe, Rodney Scott.
El grupo de arrestados integró a centenares de esas personas que intentaron entrar a Estados Unidos después de romper el cerco de la policía federal y local de México.
Scott expresó a la televisora CNN que al ser atacados con piedras, los agentes norteamericanos que resguardaban la barda entre los dos países en el área californiana del cruce de San Ysidro respondieron con el uso de gas lacrimógeno.
«Primero, teníamos dos o tres agentes enfrentando a cientos de personas en ese momento, así que utilizaron el gas para protegerse y proteger a la frontera», justificó.
Manifestó que los uniformados víctimas de la agresión no presentaron heridas considerables pues portaban equipos antimotines, mientras que vehículos en el lugar de los hechos recibieron el impacto de varios objetos lanzados.
Políticos demócratas y activistas de derechos civiles criticaron este lunes el uso de gas lacrimógeno contra los migrantes centroamericanos, muchos de los cuales intentan pedir asilo en Estados Unidos.
Miembros del partido azul llamaron la atención sobre el hecho de que en el grupo había madres y niños, una imagen distinta a la presentada por el presidente Donald Trump, quien solo se refiere a la presencia de criminales en las caravanas de dichas personas.
«Disparar gases lacrimógenos a los niños no es lo que somos como estadounidenses. Buscar asilo no es un delito. Debemos ser mejores que esto», escribió en la red social Twitter el presidente del Comité Nacional Demócrata, Tom Pérez.
Gavin Newsom, el gobernador electo de California, manifestó que las imágenes de infantes que salen corriendo del gas lacrimógeno van en contra de los ideales norteamericanos.
«Las mujeres y los niños que dejaron sus vidas atrás, buscando la paz y el asilo, se encontraron con violencia y temor. Ese no es mi Estados Unidos. Somos una tierra de refugio. De esperanza. De libertad. Y no vamos a soportar esto», expresó en la misma plataforma.
Por su parte, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles subrayó que los migrantes en la frontera sur ejercen su derecho legal a buscar asilo, y arrojarles gas lacrimógeno es escandaloso e inhumano.