Berlín, 3 ene (PL) La Policía alemana investiga hoy la existencia de patrullas de autodefensa organizadas por la extrema derecha con el argumento de presuntos ataques xenófobos.
Las fuerzas de seguridad sospechan que se creó un grupo de «vigilantes» en la ciudad de Amberg, en el estado de Baviera, en respuesta a una supuesta agresión perpetrada el sábado por cuatro solicitantes de asilo.
El alcalde de dicha localidad, Michael Cerny, alertó sobre una publicación en la red social Facebook del ultra derechista Partido Nacional Democrático (NPD), que muestra imágenes de personas en la ciudad bávara de Nuremberg donando chalecos rojos con la frase «estamos creando zonas seguras».
«Condenamos el hecho de que algunos grupos de extrema derecha traten de aprovecharse del caso (…) No toleraremos (grupos) como los que tratan de propagar el NPD y Alternativa para Alemania presentándolos como milicias ciudadanas», afirmó el ministro presidente de Baviera, Markus Soder.
El 29 de diciembre cuatro jóvenes golpearon a varios transeúntes en una calle de Amberg, hecho descrito por el Ministerio del Interior de exceso de violencia.
La extrema derecha alemana, en ascenso, aprovechó una vez más ese tipo de hechos para forjar su mensaje contra los migrantes y la canciller federal, Ángela Merkel, que abrió las puertas a los refugiados en 2015.
El titular de Interior, Horst Seehofer, que apoya una política de mano dura en materia de inmigración, pidió que se facilite la expulsión de los solicitantes de asilo culpables de delitos y faltas en el país.
El presidente del partido La Izquierda, Bernd Riexinger, rebatió ese planteamiento y alegó que a Seehofer nunca le faltan pretextos para exigir la restricción de los derechos fundamentales.
Por otra parte, el 31 de diciembre, un joven oriundo de la ciudad de Essen, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, arrolló a varias personas de piel oscura en esa localidad y en la vecina Bottrop, con saldo de cinco heridos.
El autor de los hechos confesó a la policía que eran agresiones xenófobas, sin embargo, el Ministerio Federal del Interior clasificó el suceso de un delito común.
Según medios periodísticos locales, el anuncio decepcionó a quienes esperaban que el Ejecutivo describiera los acontecimientos como un atentado terrorista.