Los juegos de Trump y la polémica frontera

Washington, 1 abr (Prensa Latina) El presidente Donald Trump amenaza con cerrar la frontera de Estados Unidos con México, y advierte que no está jugando.

Según Mick Mulvaney, el jefe de gabinete de Trump, esta decisión es casi un hecho y solo «algo dramático» haría que el gobernante retrocediera en sus planes.

El viernes, el presidente Donald Trump amenazó con la acción si México no toma medidas que impidan que los migrantes indocumentados ingresen a Estados Unidos.

Mientras hablaba con reporteros en un evento en el Lago Okeechobee en Florida, el mandatario acusó a su vecino del sur de elegir no detener a los migrantes que llegan a la frontera sur estadounidense.

Si no los detienen, estamos cerrando la frontera, dijo. «Lo cerraremos y lo mantendremos cerrado durante mucho tiempo», advirtió.

Lo que no está claro para muchos, no solo en Estados Unidos, es si el presidente es consciente de los efectos que tendrá tal acción para enfrentar el flujo de migrantes centroamericanos que atraviesan México.

El cierre de la frontera de tres  mil kilómetros que separa a la nación norteña de su tercer socio comercial es sin dudas un gran problema no solo por los 30 millones de personas que en un año la cruzan y el tráfico de mercancías de cerca de 1.4 mil millones de dólares para hacerla importante en términos económico.

Un artículo del diario mexicano La Jornada ejemplifica que el cese del intercambio sería simplemente catastrófico, por ejemplo, en el caso de Texas se perderían 463 mil empleos y 94 mil millones de dólares), mientras que en California se perderían  hasta 692 mil puestos de trabajo.

Las amenazas de la Casa Blanca disparan las alarmas en ambos lados del límite y generan una intensa presión de los sectores empresariales estadunidenses para asegurarse de que el político republicano, bajo ningún concepto, pase del dicho al hecho, señala la Jornada.

Datos oficiales del departamentos de Transporte y de Comercio estadounidense acentúan que México es el tercer socio comercial de Washington y solo en el puerto de la ciudad de Calexico (California), por ejemplo, cada día cruzan unos mil camiones, mientras que por Laredo (Texas) transitan unos 11 trenes de mercancías cada día.

Esas fuentes certifican que solo en 2017, los servicios y bienes que Estados Unidos  intercambió con tuvieron un valor de más de 615 mil millones de dólares, lo que evidencia que el problema será grande si Trump cumple su amenaza.

Bravuconada o no, la amenaza es difícil de cumplir sobre todo por las graves consecuencias para la economía nacional y, eventualmente, hasta para el mandatario y sus planes de reelegirse en 2020.

Lo que es una verdad innegable es que el problema de la inmigración en Estados Unidos se encuentra en la capital de la nación, donde la Casa Blanca, los republicanos y los demócratas no son capaces de ponerse de acuerdo en una reforma integral de las leyes migratorias que incluya temas de seguridad y arreglar la entrada legal al país.

Al respecto, el alcalde de El Paso (Texas), Dee Margo (R), dijo hoy en una entrevista que la raíz del problema de la inmigración se encuentra en la capital de la nación.