Kinshasa, 6 abr (Prensa Latina) La décima epidemia de ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) sumó hoy los 714 muertos, de acuerdo con un informe oficial del Ministerio de Salud publicado en su cuenta en Twitter.
Desde que se desató el 1 de agosto en la provincia de Kivu del Norte, hace más de ocho meses, el brote más grande en ese país ya reportó mil 130 casos, de ellos mil 64 confirmados en laboratorio.
En la información oficial sobre los fallecidos, con fecha de corte de este sábado, se incluyeron 66 casos probables, a los que por diferentes motivos no fue posible extraerle muestras para comprobar si eran positivos al virus del ébola.
La epidemia -la más grave en la RDC y la segunda más violenta solo superada por la de 2014 en Guinea, Sierra Leona y Liberia- ha tenido en los recientes meses un arreciamiento de la mortalidad, de más de 63 por ciento.
Solo del jueves para este sábado se notificaron 13 nuevos casos confirmados, y de ellos murieron 12. A la espera de análisis clínicos se encuentran 284 pacientes.
Desde que comenzó la vacunación una semana después, el 8 de agosto, fueron inmunizados 95 mil 658 personas, en su mayoría contactos de los enfermos y contactos de los contactos, además de personas vulnerables como el personal sanitario en la primera línea del combate a la dolencia, que puede provocar hasta 90 por ciento de letalidad.
La epidemia, que desde su comienzo ha estado recluida a Kivu del Norte y al vecino territorio de Ituri, encontró ciertas resistencias de parte de la población civil a las medidas de control de los socorristas, además de ataques de grupos armados a los centros de salud.
Entre otros estragos, y de acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la enfermedad dejó unos mil 400 niños huérfanos o separados de sus padres en Butembo y Beni, ambas ciudades en Kivu del Norte.
El ébola se transmite a través del contacto con sangre y fluidos corporales contaminados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) oscila entre la preocupación por un contagio fuera de las fronteras congoleñas y la posibilidad de que el virus se controle en septiembre, más de un año después de su comienzo.