México, 15 abr (Prensa Latina) México está entre los países de mayor contaminación ambiental en el mundo, pero los oaxaqueños se disponen a eliminar uno de los factores que más contribuye hoy a acrecentar el problema: las bolsas plásticas.
Ya estas dañinas bolsas están dejando de usarse en muchos establecimientos, sobre todo en las panaderías, donde se ha regresado al tradicional cartucho de papel de estraza para envolver el pan y los demás alimentos de harina de tanta demanda popular.
El asunto es que el congreso estatal aprobó la semana pasada por mayoría una iniciativa para prohibir el uso de bolsas de plástico, unicel (poliespuma) y recipientes del mismo material en establecimientos comerciales por considerar que estos dañan el ambiente, y ya en muchos de ellos comenzaron a aplicar la decisión aun cuando todavía no es obligatoria.
Con la determinación de los legisladores, los establecimientos comerciales tendrán como límite un año para eliminar de su inventario las bolsas, la poliespuma y los envases o popotes, y quien incumpla será sancionado y multado, así que es preferible comenzar desde ahora.
La prohibición será aplicada en los 570 ayuntamientos de Oaxaca, y los municipios tendrán que eliminarlas en seis meses a partir de este lunes santo e incorporar en sus reglamentos las sanciones a quienes sigan usando polietileno u otros materiales no degradables en cualesquiera de sus formas.
El vicecoordinador del grupo parlamentario de Morena, Horacio Sosa Villavicencio, dijo que con la modificación de la ley para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos se obliga a las empresas productoras a actuar con responsabilidad en el manejo final de sus utensilios y se establece que las instituciones gubernamentales se abstendrán de comprar productos plásticos de un sólo uso.
Esto significa que aquellas bolsas retornables, es decir, que se puedan usar varias veces, se van a tolerar, y aunque no se da una explicación al respecto, parece ser que es un tiempo de gracia a sus productores para que reconviertan sus fábricas y las dirijan a la producción de artículos biodegradables, pues es una incongruencia prohibir el uso del plástico y mantener al mismo tiempo su producción.
Lo real es que el descubrimiento del plástico no biodegradable ha ocasionado más problemas que los que ha resuelto y la parte del planeta que más daño ha experimentado es el océano donde ha sido afectada la población marina y el plancton, e incluso los corales.
Un ejemplo trágico es el de las ballenas y los delfines. Un estudio de Ocean Conservancy, de 2017, asegura que suman miles las ballenas, delfines, focas y tortugas que mueren cada año por la contaminación plástica del océano, lo cual ha sido ratificado por el activista de World Animal Protection, Peter Kemple Hardy.
La decisión del congreso de Oaxaca es muy firme y empieza por casa pues las dependencias y entidades de los tres poderes que conforman el gobierno estatal, los gobiernos municipales y órganos autónomos tienen prohibido adquirir, usar o distribuir productos en envases o embalajes de un sólo uso elaborados con tereftalato de polietileno, poliestireno expandido o polietileno, salvo que sean destinados a fines médicos.
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