El Pleno de la Cámara de Diputados avaló por unanimidad con 437 votos en favor el dictamen que reforma el Artículo 74 de la Constitución, para poner fin a las “partidas secretas” en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
El dictamen que se turnó al Senado para sus efectos constitucionales unió a todas las bancadas para que nunca más el Presidente de la República utilice partidas secretas, que generen gastos discrecionales, opacidad y corrupción.
Pablo Gómez, de Morena, señaló que con este dictamen se rinde homenaje a quienes lucharon no sólo contra la partida secreta, sino contra los gastos discrecionales, la corrupción y la práctica del peculado.
Durante el debate Fernando Galindo Favela, del PRI, aclaró que por más de 15 años ha habido una prohibición expresa en el decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para utilizar una partida secreta.“Con esto quiero decir que en los últimos años el Ejecutivo federal no ha utilizado una partida secreta”, afirmó.
No obstante, dijo que su partido siempre ha estado en favor de la transparencia y la rendición de cuentas, por eso votarían en favor del dictamen para eliminar las partidas secretas del Presupuesto de Egresos.
En su turno Raymundo García Gutiérrez, del PRD, respaldó la reforma, pero advirtió que no resolverá el problema del ejercicio clientelar del gasto público ni tampoco la falta de transparencia de su ejercicio.
En su opinión, en estos cuatro meses del actual sexenio el dinero destinado a comprar clientelas se regala entre los más necesitados, “abusando de las necesidades más básicas de la población, arropando la pobreza desde el hálito de su perpetuación a través de la bondad de la figura presidencial”.
De acuerdo con García Gutiérrez, para comprar esas clientelas electorales han desaparecido el Instituto del Emprendedor, el Consejo de Promoción Turística y han aglutinado el ejercicio del gasto de la Secretaría de Hacienda, no para evitar la corrupción sino, a su juicio, para centralizarla y controlarla.
Sin embargo Marcos Aguilar Vega, del PAN, sostuvo que la partida secreta era ese fondo multimillonario que el Presupuesto federal asignaba a la Presidencia de la República, y era sinónimo de corrupción, opacidad, discrecionalidad y en muchos casos de desviación de recursos públicos para fines distintos.
Por su parte Lucio Ernesto Palacios Cordero, de Morena, dijo que eliminar la figura de la partida secreta es muy importante porque hoy, en este país, ya no hay lugar para el pillaje ni para la corrupción.
Al fundamentar el dictamen, la morenista Miroslava Carrillo Martínez subrayó que la reforma implica un gran cambio de fondo, en cuanto a que pone por delante los principios de máxima publicidad sobre los recursos públicos y destierra del orden constitucional la posibilidad de que haya previsiones de gasto con carácter secreto.
El documento sostiene que esta reforma busca dejar atrás la posibilidad constitucional de que existan partidas secretas, y con ello impedir esa clase de gastos, propios de la corrupción como elemento del sistema político.
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