Ciudad del Vaticano, 11 may (Prensa Latina) El papa Francisco expresó hoy aquí que el deporte es una gran escuela con la condición de que se viva con el control de sí mismo y el respeto a los demás.
«En un compromiso para mejorarse que enseña la dedicación y la constancia, en un espíritu competitivo que no haga perder la sonrisa y prepare para aceptar las derrotas», dijo el sumo pontífice en una audiencia con representantes del Centro Deportivo Italiano con motivo del aniversario 75 de su fundación.
Una gran lección del deporte, apuntó, es que nos ayuda a enfrentar también el cansancio cotidiano del estudio y del trabajo, así como las relaciones con los demás y que nos puede divertir sólo en un contexto de reglas bien precisas.
Francisco señaló que la actividad deportiva mejora las personas y puede favorecer una cultura de diálogo y encuentro respetuoso y recordó cómo una competencia de esa naturaleza se define siempre como «encuentro» y nunca como «desencuentro», porque «al final, si bien es mejor vencer, en un cierto sentido vencen ambos».
He ahí -subrayo el Papa- el mundo que soñamos y que queremos construir con determinación, sobre la base de una competición sana, que vea siempre en el adversario también un amigo y un hermano.