Bogotá, 24 nov (Prensa Latina) Paz estable, duradera y con justicia social, es un clamor que se reitera hoy con más fuerza en Colombia, donde se suceden protestas por la vida, contra la violencia y en rechazo a políticas del gobierno.
Cientos de miles de personas se movilizaron a las calles durante el paro nacional del 21 de noviembre último al que se sumaron diferentes sectores de la sociedad durante una jornada calificada aquí de histórica.
Desde entonces tienen lugar expresiones de protesta, en su mayoría pacíficas, en las que las personas manifiestan su inconformidad a través de cacerolazos, concentraciones, haciendo cordones humanos, y utilizando banderas y carteles.
A tres años de la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado y la exguerrilla FARC-EP, muchos colombianos exigen en calles y plazas que lo pactado se implemente de manera integral en un país que ha vivido durante décadas marcada por la violencia.
Hoy más que nunca decimos basta ya de ataques a la paz y la vida, 170 exguerrilleros firmantes de la paz asesinados desde la firma de los acuerdos, escribió en su cuenta en Twitter Rodrigo Londoño, presidente del ahora partido FARC.
Nos reafirmamos en la lucha y defensa de la paz y vida, hoy más que nunca seguimos firmes por el sueño de un país en paz y reconciliado, añadió.
El expresidente colombiano Juan Manuel Santos subrayó que gracias a ese acuerdo los colombianos pasaron de marchar en contra de secuestros, tomas guerrilleras y minas antipersonal, a marchar por más oportunidades y un mejor futuro. «Una paz imperfecta siempre será mejor que una guerra perfecta», opinó.
Por su parte, Carlos Antonio Lozada, senador por al partido FARC, resaltó el hecho de que se llega a esta fecha «en medio de la más grande movilización nacional por la paz, la justicia social, la vida y la democratización de la sociedad».
Ese pacto dio lugar a un proceso de democratización de la sociedad colombiana que permitió que la ciudadanía ejerza sus derechos a la participación, la oposición y la protesta en mejores condiciones, significó Iván Cepeda, de la Comisión de Paz del Senado.
A los tres años del Acuerdo, vemos como la guerra era un dique de contención a la movilización ciudadana. A la paz le debemos que los colombianos nos expresemos libremente y sin miedos. La fuerza del paro nacional del #21N (21 de noviembre) se lo debemos también al Acuerdo, puntualizó Antonio Sanguino, del Partido Verde.
Le corresponde al presidente Iván Duque el cumplimiento e implementación por parte del Estado. Eso es lo que le está pidiendo el país, añadió.
A juicio de Roy Barreras, exintegrante del equipo negociador del gobierno en los diálogos de paz con la exguerrilla FARC-EP en La Habana, ese Acuerdo es una hoja de ruta para Colombia y, sin embargo, todavía hoy hay quienes le dan la espalda a esa paz, a las víctimas del conflicto armado, a los hechos y las libertades que emanan de ese compromiso.
En este tercer aniversario la invitación es a levantar la bandera de la implementación de ese acuerdo, a desarrollar esa hoja de ruta que hará de Colombia una sociedad más justa y equitativa, enfatizó.