La vida lujosa de los Barbosa en tiempos de austeridad

Rosa María Ayala

Pareciera que uno de los objetivos de la administración de AMLO con su propuesta de austeridad no ha resultado del todo eficiente con algunos de los líderes políticos de su partido.

Tal es el caso del gobernador del estado de Puebla Luis Miguel Barbosa Huerta, quien desde antes de uniformarse con el equipo de Morena, era reconocido como un político de esos que se gastan más de un millón en sus vacaciones familiares o giras políticas. ¿Cómo olvidar el viaje a Inglaterra con el ex presidente Enrique Peña Nieto cuando aún pertenecía al PRD? ¿O sus tours por Asia y Europa?

Quizá se visualice como un caso ligero, pero actualmente según las cuentas de redes sociales de sus hijos, se la han pasado de gira por Dubái, Europa y Asia; aunque sabemos que a la familia de Barbosa le gusta darse la vida de “Fifís”, ese estilo de vida es muy contradictorio a los comunicados del presidente López Obrador sobre austeridad y ejemplo que deben ejercer los representantes del partido morenista.

La vida de la familia del gobernador poblano es una manifestación hipócrita y cínica de dirigir a una población que se encuentra molesta por el incremento de costos de pasajes y que la infraestructura vehicular continúe siendo precaria. Ante el clamor de los ciudadanos exigiendo mayor seguridad, gestión en los servicios públicos de salud, entre otras cosas básicas en las que la mira del gobierno debería estar.

Sin embargo, tal parece que darse la vida de lujos es un pilar fundamental para los políticos como Barbosa, mientras un pueblo se deprime más y más, siendo esto, el tenor del siglo XXI. Por ende, es mejor gastar recursos en la propuesta de un nuevo emplacamiento vehicular, que brindar una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos, a quienes
definitivamente no está representando.

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