Brasilia, 23 ene (Prensa Latina) Brasil cayó hoy al puesto 106 en el ranking de percepción de la corrupción, elaborado por la organización no gubernamental Transparencia Internacional (TI), en una lista de 180 países evaluados.
En 2018, esta gigante nación sudamericana ocupaba el lugar 105 tras haber caído nueve lugares ese año. Sin embargo, la puntuación se mantuvo en 35 puntos de un calendario a otro, en una escala de cero a 100. Cuanto más cerca de 100, menos se considera como corrupta.
La posición 106 «refleja el resultado de pocos avances y muchos retrocesos en la lucha contra la corrupción en Brasil», afirmó Bruno Brandao, director local de TI.
Argumentó que «el discurso (anticorrupción) no es suficiente, son necesarias medidas efectivas y coherencia en las actitudes adoptadas en todos los ámbitos».
El índice está compuesto por encuestas e investigaciones de 12 instituciones con credibilidad internacional como el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo y la Fundación Alemana Bertelsmann.
Según datos divulgados, los países con mejor clasificación fueron Nueva Zelanda y Dinamarca, ambos en primer lugar, con 87 puntos.
En las Américas, la puntuación media fue de 43 puntos, con Canadá y Uruguay a la cabeza de la clasificación regional con 77 y 71 puntos respectivamente.
Para el coordinador de investigación de TI, Guilherme France, la caída de Brasil en el ranking está relacionada con los retrocesos sufridos durante el año pasado.
«Aunque siempre abogamos por reformas y mejoras, lo que tuvimos el año pasado fueron ataques a instituciones que ya estaban en funcionamiento, leyes que ya estaban en vigor, siendo respetadas durante años», enfatizó.
Entre los problemas, destaca la decisión del presidente del Supremo Tribunal Federal, Antonio Dias Toffoli, que en julio suspendió las investigaciones de los casos basados en los datos fiscales aprobados por el Consejo de Control de Actividades Financieras (Coaf).
«El mismo cese de las actividades de Coaf y el intercambio de información financiera no tiene precedentes si consideramos que la ley sobre el lavado de dinero es de 1999. Desde 1999, la información se ha compartido con normalidad», destacó.
Los ataques a la actividad periodística son también algunos de los factores que, en la evaluación de France, van en contra de los avances en la lucha contra la corrupción en el país.
Al respecto, el Partido de los Trabajadores denunció que atenta además al desplome que el presidente Jair Bolsonaro, quien no está preparado para el cargo, «trató de proteger a su hijo Flavio Bolsonaro, acusado de dirigir un plan de lavado de dinero en la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro».
También señaló la interferencia de exmilitar en las investigaciones que utilizan los datos de Coaf. De igual manera menciona «la connivencia del ministro de Justicia, Sérgio Moro, que ciega al presidente y utiliza la Policía Federal para perseguir a los opositores».