Aumenta la cadena de muertes por Covid-19 en EE.UU.

Washington, 18 may (Prensa Latina) Cuando Estados Unidos se acerca hoy a las 91 mil muertes por la Covid-19, la Casa Blanca intensifica sus esfuerzos para reformular la narrativa de su caótica respuesta a la crisis de salud que impacta al país.


El rastreador de la pandemia Worldometers, que contabiliza datos de la Organización Mundial de la Salud, señala este lunes son 90 mil 980 los fallecidos a causa de la Covid-19, mientras un millón 527 mil 951 personas resultaron contagiadas aquí con el coronavirus SARS-Cov-2.


Estados Unidos representa alrededor del 4,2 por ciento de la población mundial, pero actualmente tiene cerca del 29 por ciento de los decesos confirmados por la pandemia, indican reportes de la prensa local.


Los modelos utilizados por la Casa Blanca sugieren que el trágico número de víctimas fatales podría aumentar hasta los 147 mil a principios de agosto.


En este contexto, dos de los principales funcionarios del presidente Donald Trump están señalando con el dedo a los propios científicos de la administración y a las condiciones de salud preexistentes de los estadounidenses para explicar el número de muertes por la Covid-19.


El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, sugirió que las condiciones de salud subyacentes, incluyendo las de las minorías, eran una de las razones del alto número de decesos de estadounidenses.


Mientras el asesor comercial del presidente Donald Trump, Peter Navarro, añadió que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del propio gobierno a su lista de chivos expiatorios junto con China y la administración anterior, de Barack Obama.


Ambas posiciones evidencian que la mansión ejecutiva intenta reformular la narrativa de su propia caótica respuesta a la crisis al tiempo de presionar agresivamente para reabrir el país, según un análisis de la CNN.


La reapertura -añadió la televisora- constituye un proceso vital para la fortuna de millones de personas que han perdido sus trabajos por el cierre y para las propias perspectivas políticas de Trump en las elecciones de noviembre.


El esfuerzo sigue a las repetidas negaciones que hiciera el gobernante de que el SARS-Cov-2 sería un problema para Estados Unidos y afirmara más de una vez al inicio del brote que su administración lo tenía bajo control.


Pero en este objetivo por reescribir la historia de la emergencia, el propio Azar dio algunas claves que sustentan las críticas al sistema sanitario de este país.    Azar admitió que las comunidades de las minorías están en «riesgo aquí debido a las importantes disparidades de salud y comorbilidades de enfermedades subyacentes, y eso es un desafortunado legado en nuestro sistema de atención médica que ciertamente tenemos que abordar».


En entrevista concedida la víspera al programa State of the Union, de la cadena televisiva, reconoció que en particular en las comunidades de afroamericanos se corren los mayores peligros.