Washington, 3 jun (Prensa Latina) El almirante estadounidense Michael Mullen, reticente hasta hoy de hablar sobre el liderazgo del presidente Donald Trump, rompió su silencio para criticar el uso de la fuerza contra las protestas tras el asesinato de George Floyd.
En una columna de opinión publicada en la página digital de la revista The Atlantic, el exjefe del Estado Mayor Conjunto (2007-2011) afirmó que están en un punto de inflexión, y los acontecimientos de las últimas semanas hacen imposible permanecer callado.
Mullen admitió sentirse asqueado cuando observó esta semana cómo miembros del personal del Servicio Secreto y de la Guardia Nacional despejaron por la fuerza y con violencia a los manifestantes que estaban en el camino a través de la Plaza Lafayette por donde pasó Trump hasta la iglesia St. John, próxima a la Casa Blanca.
La St. Johnâ€Ös Episcopal Church, un histórico recinto religioso al que han asistido a sus servicios varios presidentes, entre ellos Trump, sufrió daños menores durante las jornadas de movilizaciones del lunes.
«Sea cual sea el objetivo de Trump al realizar su visita, dejó al descubierto su desdén por los derechos de la protesta pacífica en este país», expresó Mullen.
Enfatizó que, si bien condena los hechos de vandalismo y el saqueo de estos días, «nadie debería perder de vista las preocupaciones más grandes y profundas sobre el racismo institucional que han provocado esta ira».
Confesó que quizás como hombre blanco, quizás no comprende a cabalidad todos los sentimientos de los afroamericanos, pero sí sabe lo «suficiente -y he visto lo suficiente- para entender que son reales y que están demasiado dolorosamente fundados».
Debemos, como ciudadanos, abordar de frente el tema de la brutalidad policial y las injusticias sostenidas contra la comunidad afroamericana, recalcó en su artículo titulado No puedo permanecer en silencio.
Estados Unidos tiene una larga y, para ser justos, a veces problemática historia de uso de las fuerzas armadas para hacer cumplir las leyes nacionales, argumentó Mullen.
Mullen opinó que a pesar de todo confiaba en la profesionalidad de los militares estadounidenses, pero no «en la solidez de las órdenes que les dará este comandante en jefe (Trump)».
Tampoco está convencido de que la situación en las calles alcanzara «un nivel que justifique una gran dependencia de los militares».
En medio «de la carnicería que estamos presenciando, debemos esforzarnos por ver las ciudades y comunidades como nuestros hogares y nuestros vecindarios y no como campos de batalla», sentenció el alto oficial.
Debemos asegurarnos de que a los afroamericanos -de hecho, todos los estadounidenses- se les concedan los mismos derechos en virtud de la Constitución, la misma justicia en virtud de la ley y la misma consideración que otorgamos a los miembros de nuestra propia familia. Nuestros conciudadanos no son el enemigo.