La venta de vehículos ligeros en México durante el mes de mayo fue de 42 mil 28 unidades, lo que representó una disminución del 58.96% en comparación con mayo de 2019 cuando se vendieron 102,402 unidades, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El resultado significó la caída de ventas más pronunciada desde 1998, la cual se explicó por el aislamiento social motivado por la contingencia sanitaria ante la pandemia de COVID-19 que obligó a las distribuidoras de automotores a cerrar sus pisos de venta.
Esta circunstancia motivó a que sólo se pudieran comercializar vehículos a través de la combinación de canales de venta a distancia (atención telefónica, redes sociales, sitios web) y atención domiciliaria.
En el acumulado enero a mayo se comercializaron 373 mil 608 vehículos, mientras que en el mismo periodo del año anterior se colocaron 533 mil 748 unidades, lo que representó una disminución del 30%.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) explicó que desde el inicio del aislamiento social por COVID-19, se han modificado rápidamente los hábitos de consumo de la población y la capacidad de gestión de los distribuidores, adaptándose al entorno y utilizando de mejor forma estos canales.
“Esta circunstancia explica en buena medida que la venta en mayo haya sido mejor que en abril y con una caída relativa menor que la del mes anterior”, recalcó.
En abril se colocaron 34,903 unidades, lo que representó una caída de 64.5% en comparación con el mismo mes del año anterior.
En el orden de variables positivas también contribuyó el registro de venta de flotillas, incluyendo ventas internas entre personal de las propias empresas automotrices.
“No obstante que la comercialización de vehículos ligeros en mayo fue mejor a lo estimado, la fuerte disminución observada, 58.96% en el mes y 30% a lo largo del año, se suma a los resultados negativos registrados en el mercado mexicano desde junio de 2017, con lo que se ligaron 36 meses con resultados desfavorables”, recalcó la AMDA.
Advirtió que la situación del sector es delicada, ya que la continuidad del cierre de los pisos de venta de las distribuidoras en la mayor parte del país, incluyendo las entidades federativas de mayor venta de vehículos (Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León) seguirá impactando negativamente la comercialización de vehículos.
Por esta razón, “los distribuidores de automotores mantienen su solicitud al gobierno federal para ser incluidos como parte de la cadena productiva de la industria automotriz y que la comercialización de vehículos sea considerada actividad esencial para poder abrir los establecimientos”.
“La comercialización de vehículos es una fuente relevante de captación de impuestos, generación de empleo y derrama económica que a través de más de 3 mil establecimientos contribuye de forma importante a la economía nacional”, subrayó.