Entre 2013 y 2016, años en los que Emilio Lozoya Austin fungió como su director, Petróleos Mexicanos (Pemex) acumuló observaciones por más de 400 millones de pesos, que habrían sido ejercidos de manera ineficiente o irregular, de acuerdo con estudios de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Al margen de la compra irregular de las empresas Agronitrogenados y Grupo Fertinal por 11 mil millones de pesos, durante la administración de Lozoya Austin se cometieron en Pemex fallas u omisiones en otros temas importantes, relacionados con seguridad y salud.
Un ejemplo de lo anterior se puede ver en la auditoría 448, realizada en 2016 –durante el gobierno de Enrique Peña Nieto–, en la cual la entidad revisora del gasto público documentó que Pemex no logró su meta de reducir el número de tomas clandestinas, lo cual le generó pérdidas anuales de 19 mil 640 millones de pesos por robo de combustible.
Al mismo tiempo, en el año mencionado la empresa dejó de utilizar bienes por más de mil 119 millones de pesos para proporcionar seguridad a sus instalaciones estratégicas, y no justificó el pago del servicio de mantenimiento de su cuartel general de C4, para el cual erogó 25 millones 246 mil pesos.
En la auditoría 453, también de la cuenta pública 2016, la ASF concluyó que Pemex y sus empresas productivas subsidiarias no obtuvieron la indemnización que requerían por 2 millones 382 mil pesos, debido a que no presentaron a la aseguradora una serie de documentos básicos.
Asimismo, no hay registro contable de indemnizaciones por 157 siniestros, que involucró 514 millones 98 mil pesos. A ello se sumaron otras fallas similares por ingresos de 402 millones 767 mil y 333 millones 71 mil pesos, que las áreas contables de Pemex no documentaron que correspondieran a indemnizaciones recibidas y gastos realizados.
Irregularidades documentadas en la auditoría 359 de la cuenta pública 2013 tienen que ver con pagos realizados de manera indebida por licencias del software EyeNet, pues la adquisición y operación de dicho instrumento no estaba justificada, al no ayudar a la detección de fallas de seguridad. Por este rubro se presume un daño patrimonial de 108 millones de pesos.
Un ejemplo más del manejo poco claro de los recursos de Pemex es el pago de 10 millones 748 mil pesos por medicamentos cuya recepción nunca se acreditó, en un caso ocurrido en 2016.