Brasilia, 12 oct (Prensa Latina) El estado brasileño de Amazonas (noroeste) registró de enero hasta hoy 15 mil 701 brotes de incendios, la cifra más alta de la historia de acuerdo con el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).
En base a registros satelitales, iniciados en 1998, la anterior marca contabilizó 15 mil 644 focos entre enero y diciembre de 2005.
Según el INPE, el Amazonas es el bioma más afectado en 2020 por las llamas. Entre los casos en todo el gigante suramericano, un 45,6 por ciento se encuentra en esa zona.
Autoridades estaduales declararon a TV Globo que el aumento de las combustiones está asociado a problemas de tierras.
También este año ocurren quemas en el Pantanal (centro-oeste), paraíso de la biodiversidad, con unos 2,5 millones de hectáreas devoradas.
Las igniciones en el mayor humedal del mundo destruyeron refugios de animales en peligro de extinción, como los guacamayos azules, y amenazó a especies típicas (jaguar).
El humo de los incendios en el Amazonas cubrió más de cuatro mil kilómetros de América Latina y afectó a cinco países vecinos (Perú, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay).
La intensidad del fuego empeora en agosto y septiembre, al coincidir con la etapa de sequía en el Amazonas y el Pantanal.
Desde la llegada al poder en enero de 2019 del presidente Jair Bolsonaro hubo un aumento de los incendios en la región amazónica, atribuidos en su mayoría a la acción ilegal de agricultores y ganaderos para instalarse en tierras fiscales o reservas nativas.
Recientemente, el coordinador de Políticas Públicas de la ONG Greenpeace en Brasil, Marcio Astrini, denunció que «Bolsonaro promueve el desmonte del área socioambiental, negocia tierras indígenas con mineras extranjeras y debilita el combate a los crímenes forestales».
Durante su gestión, remarcó, «los incendios, la deforestación y la violencia aumentaron de forma escandalosa. Para la selva y sus pueblos, Bolsonaro es un problema y no la solución».