Se disparan muertes en cárceles de EE.UU.

Washington, 16 oct (Prensa Latina) Más de siete mil 570 presos murieron en 500 cárceles de Estados Unidos de 2008 a 2019 por diferentes causas, la mayoría detenidos por delitos menores, reveló un estudio publicado hoy en el portal digital Politico.


Alrededor de cinco mil de ellos fallecieron sin que les celebraran juicio, por lo que nunca fueron condenados por los cargos imputados.


Las tasas de mortalidad crecieron un 35 por ciento desde 2008 a 2019 en esos centros de detención.


Como ocurre con gran parte del sistema de justicia penal estadounidense, el número de víctimas mortales tras las rejas recae de manera desproporcionada sobre los afronorteamericanos, mientras los presos blancos representaron aproximadamente la mitad de los decesos.


Los negros y mestizos constituyeron al menos el 28 por ciento, más del doble de su proporción de la población de Estados Unidos.


El estudio señala que el gobierno de Estados Unidos recopila datos detallados sobre quién muere en cada cárcel, pero los mantiene en secreto.


En ese contexto, la agencia Reuters realizó su propio recuento de muertes en las cárceles más grandes de Estados Unidos, y reveló dónde hubo suicidio, atención médica fallida y malas condiciones de encarcelamiento, factores que cobran vidas en un sistema con escasa supervisión.


El texto pone el ejemplo de Harvey Hill, un hombre con problemas psiquiátricos, quien fue acusado de allanamiento y encarcelado el 5 de mayo de 2018 bajo sospecha de un delito menor que podría costarle una multa de 500 dólares, pero de hecho recibió una sentencia de muerte.


Al día siguiente de su arresto, la condición de Hill empeoró, lo llevaron a la enfermería, donde evaluaron su condición, pero no le administraron medicamentos, y en cuestión de horas estaba muerto.


Sobre este tema, el relator especial de las Naciones Unidas sobre tortura y otros castigos inhumanos, Nils Melzer, declaró que «muchas personas están muriendo y nunca fueron sentenciadas, y eso es obviamente un gran problema».


Hay que garantizar el debido proceso en todos estos casos, y proporcionar condiciones humanas de detención y atención médica adecuada en todos estos casos, añadió el experto.


La recopilación de datos de Reuters reveló una confluencia de factores que pueden convertir las estadías cortas en la cárcel en sentencias de muerte.


Por lo general, los reos en prisión preventiva durante largos períodos reciben poca atención, lo que empeora la salud de la población penal, cuyos centros están plagados de enfermedades mentales y adicciones.


Por otra parte, más de dos mil presos de los siete mil 570 detectados por el reporte se quitaron la vida en medio de crisis mentales, incluidos unos mil 500 en espera de juicio o acusación.


Un número creciente, más de uno de cada 10 el año pasado, murió por los efectos agudos de las drogas y el alcohol, alrededor de 300 fallecieron después de languidecer tras las rejas durante un año o más, sin ser condenados, acota el artículo.


Otros estudios revelan la situación de la población penal en Estados Unidos en medio de la pandemia de Covid-19.


Según la Facultad de Derecho de la Universidad de California, en Los Ángeles contabilizó unos 53 mil 400 casos y 620 muertes entre los residentes de instalaciones correccionales.


Entre ellos, los investigadores contabilizaron casi 550 casos en la cárcel del condado de Cook en Chicago; casi dos mil 100 en la Institución Correccional Marion de Ohio; y 900 en una instalación similar de Lompoc, California.


Además, el informe registró aproximadamente 12 mil 600 casos y 50 muertes entre el personal de la cárcel y la prisión.

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