Washington, 11 nov (Prensa Latina) El despido del secretario de Defensa Mark Esper y la salida de otros funcionarios provocaron alarmas en el Congreso ante posibles acciones que emprenda el presidente Donald Trump, informó hoy Politico.
En medio de una transición ya tensa, el diario aborda la rápida sucesión de figuras que supervisan la política, la inteligencia y el personal del secretario de Defensa, por operativos políticos que son ferozmente leales a Trump y traficaron con teorías de conspiración de «estado profundo».
Puntualizó en el incremento de las alarmas pues no se sabe que harán las nuevas figuras mientras Trump lucha por los resultados de las elecciones de la semana pasada, y después de mostrar que está dispuesto a utilizar las tropas para resolver los problemas políticos, algo a lo que se opuso Esper.
El éxodo del martes llevó a un alto demócrata a acusar a la administración de destripar al Pentágono de una manera que podría ser «devastadora» para la seguridad nacional.
Citado por la publicación, Adam Smith, presidente del Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, dijo que «es difícil exagerar lo peligroso que es la rotación de personal de alto nivel en el Departamento de Defensa durante un período de transición presidencial».
«Si este es el comienzo de una tendencia – el presidente despidiendo o forzando la salida de profesionales de seguridad nacional para reemplazarlos por personas percibidas como más leales a él – entonces los próximos 70 días serán precarios en el mejor de los casos y francamente peligrosos en el peor», subrayó.
Según Smith los nuevos movimientos coinciden con un patrón general de los aliados del gobernante sembrando «caos y división» desde que se anunció la victoria de Joe Biden en las elecciones.
«Esto confirma lo que he estado diciendo durante meses: La singular obsesión del presidente por la lealtad ha socavado severamente la competencia de nuestro gobierno y nos ha hecho menos seguros», dijo.
Medios de prensa como The New York Times alertaron hoy que el presidente parece decidido ahora a utilizar sus últimas 10 semanas para llevar a cabo una política exterior de tierra arrasada.