Londres, 17 nov (Prensa Latina) El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, amaneció hoy en el ojo de otra tormenta política, tras presuntamente calificar de desastre la autonomía otorgada a Escocia en 1999.
De acuerdo con el diario británico The Sun, en una reunión virtual que mantuvo la víspera con un grupo de legisladores de su partido, el gobernante conservador dijo que «la autonomía ha sido un desastre al norte de la frontera», y que fue uno de los mayores errores cometidos por el entonces primer ministro laborista Tony Blair, quien en 1999 devolvió esos poderes a Escocia y Gales.
En una primera reacción a la noticia, la jefa del gobierno escocés y ferviente independentista, Nicola Sturgeon, escribió en Twitter que los comentarios de Johnson son dignos de tener en cuenta la próxima vez que los conservadores digan que ellos no representan una amenaza para el Parlamento escocés, o que apoyan la entrega de más poderes a ese territorio del Reino Unido.
A seguidas, Sturgeon recalcó que la única forma de proteger y fortalecer el órgano legislativo regional es a través de la independencia de Escocia.
Su correligionaria y miembro de la Cámara de los Comunes por el Partido Nacionalista Escocés Philippa Whitford declaró, por su parte, a la BBC que las presuntas declaraciones de Johnson son bastante controversiales para un primer ministro que dice tratar de mantener unida a la nación.
El delegado para Escocia del Partido Laborista británico, Ian Murray, apuntó, a su vez, que los comentarios confirmarían que el primer ministro no cree en la autonomía, con lo cual pondría en riesgo el futuro del Reino Unido.
La autonomía es uno de los mayores logros del laborismo y siempre lucharemos por una Escocia fuerte dentro del Reino Unido, declaró.
El ministro de Vivienda y Comunidades, Robert Jenrick, salió este martes al rescate de su jefe, al asegurar que el gobernante es un «unionista de corazón».
Según el funcionario, los comentarios de Johnson, quien está en cuarentena tras tener contacto con un caso positivo a la Covid-19, estaban dirigidas contra el nacionalismo y el separatismo que fomentan Sturgeon y el Partido Nacionalista Escocés.