La nueva variante del coronavirus (COVID-19) descubierta en Reino Unido “no está fuera de control”, afirmó en conferencia de prensa Michael Ryan, director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de Salud (OMS), que pidió que se sigan aplicando las medidas sanitarias que ya demostraron su eficacia.
“Hemos registrado un R0 (tasa de reproducción del virus) mucho más elevada (de la nueva variante de COVID-19) que en diferentes momentos de esta pandemia, y lo hemos controlado. Esta situación, en ese sentido, no está fuera de control”. Michael Ryan, de la OMS.
Reino Unido y la nueva variante de Covid-19
Se ha informado sobre una nueva variante de COVID-19 en Reino Unido y otra en Sudáfrica; la OMS las analiza. Foto: Pixabay.
Las declaraciones de la OMS hicieron eco a las del ministro de Salud de Reino Unido, Matt Hancock, que el domingo aseguró que “la nueva variante de COVID-19 sí está fuera de control”. En Suiza, sede de la OMS, Michael Ryan estimó este lunes que “aunque la nueva variante de COVID-19 se ha vuelto un poco más eficaz en términos de propagación, se puede detener” en breve.
“Las actuales medidas son las buenas. Debemos continuar haciendo lo que hemos hecho” hasta ahora, afirmó el alto responsable de la OMS. Puede “que tengamos que hacerlo con algo más de intensidad y durante algo más de tiempo para asegurarnos de que podemos controlar” esta nueva variante de COVID-19, añadió. En tanto, algunos sectores piden no caer en la desesperación.
Algunos países del mundo cerraron sus fronteras desde el domingo a las personas procedentes de Reino Unido y Sudáfrica, donde también se detectó una nueva variante de COVID-19, para evitar propagación. Suiza, por su parte, impuso el lunes una cuarentena retroactiva de diez días a las personas que llegaron al país alpino desde estos dos países desde el 14 de diciembre, como prevención.
OMS y la nueva variante de Covid-19
Científicos dicen que la nueva variante de COVID-19 se convirtió rápidamente en cepa dominante en los casos de COVID-19 en partes del sur de Inglaterra, y se relaciona con un aumento de las tasas de hospitalización, especialmente en Londres y en el condado Kent.