Roma, 3 may (Prensa Latina) La puerta de bronce de los Museos y Jardines Vaticanos fue abierta hoy, la tercera reapertura en más de un año de pandemia de Covid-19, con la esperanza de que esta sea la definitiva.
Fue Gianni Crea, Clavigero Vaticano, quien dio acceso a los primeros visitantes de los más de mil 200 que reservaron para realizar el recorrido de siete kilómetros de espacios expositivos, apertura dedicada al aniversario 700 de la muerte del poeta florentino Dante Alighieri, padre de la lengua italiana.
La directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta explicó que «nuestra misión es preservar este patrimonio universal de historia, arte y fe y también compartirlo con nuestros visitantes y peregrinos».
En los últimos meses -añadió- hicimos mucho trabajo de implementación y mantenimiento, pero no había idea de compartirlo. Hoy es una alegría porque cumplimos nuestra misión», expresó y aseguró que se trata de «una reapertura con total seguridad».
Con más de seis millones de visitantes cada año, los Museos Vaticanos constituyen una de las principales atracciones turísticas de Roma, los cuales atesoran miles de obras de arte recogidas por la iglesia católica romana durante más de cinco siglos.
Sus orígenes se remontan a 1503, año en que el recién nombrado Papa Julio II donó su colección privada; luego, tanto familias particulares como otros papas fueron aumentando la colección hasta convertirla en una de las más grandes del mundo.
Tras su cierre durante meses, debido a la emergencia sanitaria, reabre al público previa reservación a través del portal oficial, con accesos limitados y organizados en franjas horarias de 30 minutos cada una, señala un comunicado difundido en museivaticani.va.
También, precisa el texto, para entrar a las áreas expositivas es obligatorio llevar mascarilla que cubra nariz y boca, la cual debe mantenerse puesta durante todo el recorrido, incluso en áreas abiertas.
Asimismo, se advierte que deben respetarse la puntualidad en los tiempos de la reservación y mantener el distanciamiento de más de un metro.
Cada visitante será sometido a un control de temperatura y se negará el acceso a quienes tengan una temperatura corporal igual o superior a 37,5 grados centígrados, indica el texto y señala que el cuerpo de protección vigilará por el «escrupuloso cumplimiento de la norma».