Por Sábas Hernández
En las últimas horas se ha viralizado por redes sociales un video en el que se aprecia a la policía municipal de Pachuca, Hidalgo sometiendo a un ciudadano mediante el uso excesivo de la fuerza pública.
Se trata de una muestra más de la brutalidad con la que la policía de la capital hidalguense actúa ya que existen diversas denuncias por lesiones y otras violaciones a los derechos humanos de la ciudadanía.
Lo lógico sería que el alcalde Sergio Baños tomara acciones inmediatas, sin embargo, esto no ocurrió porque mientras la corporación golpeaba a un ciudadano brutalmente, el edil hacía gala de su faceta socialité y fifí, como invitado a una fastuosa boda, en la que asistieron más de 1,200 invitados en plena pandemia.
Ataviado con un lujoso smoking de la prestigiada marca Armani, cuyo valor se calcula en 250 mil pesos, el presidente municipal disfrutaba de los manjares ofrecidos en esta boda, tapizada de miles de flores blancas y marcada por el derroche en medio de una crisis económica que ha impactado severamente a los pachuqueños.
El silencio de baños, motivado por la resaca después de la boda, (la que se curó cerveza en mano en el partido de los Tuzos) o la falta de calidad moral para mirar a la cara a sus gobernados, se suma a muchas otras deficiencias de su gobierno que le han hecho ganar rápidamente el repudio de la sociedad pachuqueña.