Ginebra, 2 jun (Prensa Latina) La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó hoy que la crisis del mercado laboral provocada por el impacto de la Covid-19 continuará y generará mayor desigualdad geográfica y demográfica, más pobreza y menos empleos dignos.
En su informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2021, la OIT prevé que el déficit de puestos de trabajo derivado de la crisis mundial llegará a los 75 millones este año para luego reducirse a 23 millones en 2022.
El correspondiente déficit en horas de trabajo equivale a 100 millones de empleos a tiempo completo en 2021 y a 26 millones en el próximo calendario, acotó.
Esta insuficiencia de puestos y horas de trabajo se añade a los persistentes niveles de desocupación, subutilización de la mano de obra y condiciones de trabajo deficientes anteriores a la crisis, remarcó el estudio.
En consecuencia ※resaltó※ pronostica que en 2022 el número de personas desempleadas en el mundo se sitúe en 205 millones, muy por encima de los 187 millones de 2019.
Tal cifra equivale a una tasa de desocupación del 5,7 por ciento, la cual solo se había registrado una similar en 2013.
De acuerdo con el documento, América Latina y el Caribe, y Europa y Asia Central fueron las regiones más afectadas en el primer semestre del año en curso.
En ambas, la pérdida estimada de horas de trabajo superó el ocho por ciento en el primer trimestre, y el seis por ciento en el segundo, mientras que a nivel mundial y en los mismos periodos las tasas fueron de 4,8 y 4,4 por ciento.
La OIT prevé que la recuperación del empleo a nivel global se acelere en la segunda mitad de 2021, siempre y cuando la crisis sanitaria no se agrave.
Sin embargo, resaltó que la recuperación será dispar, por la desigualdad de acceso a las vacunas y la limitada capacidad de la mayoría de las economías desarrolladas y emergentes para respaldar medidas de estímulo fiscal fuertes.
Además, la caída del empleo provocó un aumento de la pobreza, al punto que, en comparación con 2019, la categoría de trabajadores pobres se engrosó con 108 millones de personas.
También se agravaron las desigualdades, entre ellas, la falta de protección social a trabajadores del sector informal, y la contracción del empleo de mujeres y jóvenes.
En 2020, la reducción del empleo femenino fue del cinco por ciento frente al 3,9 por ciento del masculino; en tanto, el juvenil se contrajo en un 8,7 por ciento con respecto al descenso del 3,7 por ciento de la ocupación de adultos.