Beijing, 5 jul (Prensa Latina) La ciudad de Ruili, en el suroccidente de China y fronteriza con Myanmar, volvió hoy al confinamiento, la búsqueda de personas con fiebre y posibles casos de Covid-19 ante su segundo rebrote de la enfermedad este año.
El gobierno local suspendió por completo la movilidad, nadie puede entrar ni salir de la urbe sin el debido permiso y los casi 300 mil residentes deben someterse de inmediato a pruebas de ácido nucleido (hisopado).
También cerró el puente Jiegao que conecta al país con Myanmar y redobló la vigilancia en cada área de la frontera para evitar el cruce ilegal.
Las medidas siguen a la confirmación de la Covid-19 en dos ciudadanos chinos y uno de Myanmar durante chequeos rutinarios.
Aparte, se reportaron en las últimas horas a un asintomático y cinco casos importados. Estos últimos contrajeron la variante Delta del coronavirus SARS-CoV-2 (causante de la patología) y estaban implicados en actividades ilícitas de telecomunicaciones.
Esta es la cuarta ocasión en que Ruili sufre un rebrote de Covid-19. La vez anterior fue a finales de marzo pasado, dejó más de 100 enfermos y las autoridades apelaron al confinamiento y la vacunación masiva para ponerlo rápido bajo control.
China destituyó al entonces líder del Partido Comunista de allí por negligencia en la aplicación del mecanismo epidemiológico.
De manera general, el país acumula cinco mil 535 muertos y 118 mil 896 contagiados en su parte continental, Hong Kong, Macao y Taiwán desde el surgimiento de la enfermedad y del coronavirus que la provoca en diciembre de 2019.
El país lleva más de año con sus fronteras cerradas y, según el máximo órgano planificador, la medida podría extenderse hasta vacunar 70 por ciento de la población y lograr la inmunidad de rebaño hacia mediados de 2022.
La campaña actual de vacunación se desarrolla con varios medicamentos de factura nacional y benefició hasta la fecha a más de mil 300 millones de ciudadanos chinos y extranjeros.