Después de 480 días desde el primer confinamiento, por primera vez en 16 meses, Inglaterra elimina hoy las últimas restricciones legales por la pandemia. El ‘Día de la libertad‘, como había bautizado triunfalistamente la fecha 19 de julio Boris Johnson, deja en manos de los ciudadanos la responsabilidad de protegerse del virus, en un momento en el que los contagios están creciendo exponencialmente. Un “experimento peligroso” según los 1.200 científicos y sanitarios internacionales que firmaron un documento en la revista ‘Lancet’ contra la decisión del primer ministro.
A partir de ahora no es preceptivo el uso de mascarillas o guardar distancia social, los grupos pueden reunirse en lugares cubiertos o en los hogares sin límite de número de personas y cada cual puede invitar a cuantos quiera a bodas, bautizos o funerales. El fin de la distancia social permite la reapertura con el aforo completo de teatros y cines. El baile y la música vuelven a las discotecas sin necesidad de que el público deba mostrar a la entrada el pasaporte covid o tests negativos. Miles de personas hicieron cola la pasada medianoche en algunos locales bien conocidos, como Ministry of Sound o Fabric en Londres, que festejaron la reapertura sin perder un minuto.
Hoy es también el día del fin del teletrabajo. Johnson pidió a las empresas un retorno escalonado, para evitar en la medida de lo posible aglomeraciones a hora punta en los transportes. En pleno mes de julio, con muchos empleados de vacaciones, el peligro es menor. La verdadera prueba llegará en septiembre.
Prudencia en Escocia, Gales e Irlanda del Norte
A Johnson, tan simbólica jornada le pilla confinado, al igual que el titular de Economía, Rishi Sunak, tras haber estado en contacto con el responsable de Sanidad, Sajid Javid, positivo por covid. En una alocución, desde su retiro obligado en la casa de campo de Chequers, defendió la decisión de barrer las restricciones. “Es el momento adecuado”, afirmó, pero instó a la ciudadanía a que se comporte con “cautela” porque el número de casos de la variante delta supera los 55.000 diarios, va en aumento y es una variante “extremadamente contagiosa”.
La eliminación de prácticamente todas las restricciones por primera vez desde que comenzó la pandemia en marzo del 2020 sólo afecta a Inglaterra. En Escocia se relajan relativamente las normas, pero el uso de mascarilla sigue siendo obligatorio en transportes y locales públicos cerrados por otras tres semanas. También únicamente ocho personas pueden reunirse en el interior de las viviendas. Bares y restaurantes tienen que echar el cierre a las 12 de la noche. En Gales, las restricciones se mantienen hasta al menos principios de agosto. En Irlanda del Norte, las autoridades deben decir lo que hacer el próximo jueves.
En contra del criterio científico
La retirada de las restricciones se acomete pese a que la comunidad científica se muestra muy crítica y contraria a la decisión. Estimaciones del propio equipo asesor del Gobierno prevén que las infecciones pueden pasar de las 55.000 diarias de ahora a 200.000 a finales de verano. No obstante, con más del 68% de la población adulta británica vacunada, se estima que las hospitalizaciones, las enfermedades graves ocasionadas por el virus y las muertes por covid se situarán en niveles mínimos en relación con los peores momentos de la pandemia. El Ejecutivo de Johnson parece no tener en cuenta los posibles problemas de salud por covid a largo plazo, aunque los enfermos no acaben en el hospital.
Neil Ferguson, miembro del Sage -grupo científico asesor del Ejecutivo- reconoció en la BBC como “casi inevitable” el que las infecciones por coronavirus alcancen los 100.000 casos diarios junto con el millar de hospitalizaciones. “Podríamos llegar a 2.000 hospitalizaciones al día y 200.000 casos diarios”, añadió, advirtiendo de que harán falta “tres semanas” antes de que se puedan evaluar los efectos del levantamiento de las restricciones.