Conservan murales emblemáticos del Palacio de Bellas Artes

México, 11 oct (Prensa Latina) Con el propósito de preservar los valores estéticos del conjunto de murales atesorados en el Museo del Palacio de Bellas Artes, un grupo de creadores mexicanos acomete hoy obras de restauración en las 17 piezas monumentales.


Definido como labores de conservación preventiva, el proyecto pretende recuperar el esplendor de las pinturas, las cuales están incluidas en la lista de Patrimonio cultural de la Humanidad declarado por la Unesco.


El conjunto de murales presenta obras de importantes exponentes de la manifestación como Diego Rivera y José Clemente Orozco, quienes trabajaron de manera simultánea en los muros oriente y poniente del segundo piso para la inauguración de la institución en 1934.


El talento de Rivera puede apreciarse en dos zonas del recinto conocidas como Patio del Trabajo y Patio de las Fiestas, en ellos refleja escenas asociadas a actividades laborales, el concepto de transformación del ser humano, la fertilidad, celebraciones mexicanas y las luchas sociales del país.


Luego se sumaron las piezas Nueva Democracia y un díptico dedicado a Cuauhtémoc, de David Alfaro Siqueiros, así como los proyectos de Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, Manuel Rodríguez Lozano y Roberto Montenegro.


Figuran en la selección El Hombre controlador del Universo, Tercera Internacional, Carnaval de la vida mexicana, Tormento De Cuauhtémoc, Apoteosis De Cuauhtémoc, La Piedad en el desierto, Alegoría del viento, Liberación, Nacimiento de nuestra nacionalidad, México de hoy, La historia de México, Omnisciencia y Katharsis.


Entre los encargados de devolver esplendor a los trípticos destacan Jacobo García, Ángel Ernesto Perea, ambos del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble, así como el restaurador José Caballero, entre otros.


Basados en la teoría de mínima intervención, hasta noviembre próximo los creadores retirarán las capas de polvo, atenderán las salpicaduras provocadas por el clima y retocarán aspectos del color, para velar por el mejor estado posible de las pinturas.


Surgido en la década de 1920, el muralismo nació como reflejo la visión de la identidad nacional luego de la revolución mexicana, desde la perspectiva de los artistas que imprimieron en edificios públicos el retrato de la situación social, política y cultural de la nación.