Ciudad de México, 28 abr (Prensa Latina) México y Estados Unidos continuaron sus reuniones sistemáticas para impulsar acciones para la conservación del Río Colorado que forma parte de la frontera, anunció hoy la Cancillería.
Esa importante corriente fluye en dirección suroeste y sur por los estados de Colorado, Utah, Arizona, Nevada y California, en Estados Unidos, y por Baja California y Sonora, en México, hasta desembocar en el golfo de California o Mar de Cortés.
La Secretaría de Relaciones Exteriores indica en su sitio web que el encuentro se realizó la víspera en su sede y es la número 11 desde que el mecanismo está en operaciones como parte de las actividades del Grupo del Seguimiento del Acta 323 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
Está relacionada también con las medidas urgentes para la conservación de agua en la cuenca del Río Colorado, la cual se ve afectada por una sequía desde hace 20 años y que actualmente se encuentra en niveles de escurrimiento y almacenamiento preocupantes.
La delegación mexicana fue copresidida por Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte, German Martínez, director general de la Comisión Nacional del Agua, y Adriana Reséndez, comisionada mexicana de la CILA.
Por su parte, la estadounidense contó con la participación de Tanya Trujillo, subsecretaria del Interior, y María Elena-Giner, comisionada de la CILA.
Los funcionarios mexicanos presentaron la situación actual tras la implementación de los primeros paquetes de proyectos de conservación del Acta 323, que consiste básicamente en desarrollar proyectos y mejoras a la infraestructura existente del lado mexicano de la frontera para conseguir ahorros importantes de volúmenes de agua.
Destacan entre ellos los de estructuras de control, compuertas automatizadas, telemetría automatizada, entubado de canales, implementación de tecnologías de micro riego por gravedad y revestimiento de canales, principalmente.
El financiamiento para estos proyectos está considerado dentro de los acuerdos del Acta 323, que asegura un presupuesto de 32,5 millones de dólares que aportaría Estados Unidos, además de un monto adicional proveniente de entidades gubernamentales y organizaciones privadas de ambos países.