¡Cuidado ChatGPT! Elon Musk vuelve a por ti

Washington, 11 feb (Prensa Latina) Primero fue a por Twitter, la red social que pasó del ave azul a la X negra y ahora vale menos de la mitad de lo pagado (44 mil millones), hoy Elon Musk vuelve a por ChatGPT.


Musk, uno de los hombres más rico del planeta con un patrimonio estimado en 433 mil millones de  consolidó su fortuna gracias a compañías clave como Tesla, SpaceX y xAI, su startup de inteligencia artificial que alcanzó una valuación de 50 mil millones de dólares a finales de 2024; pero su apuesta subió considerablemente al anunciar este lunes que está dispuesto a pagar 97 mil 400 millones para hacerse cargo de OpenAI, la compañía que creó ChatGPT.


La oferta pudiera parecer tentadora para muchos, sin embargo, el director ejecutivo de Open AI, Sam Altman  le respondió en su propia X: «No, gracias, pero compraremos Twitter por nueve mil 740 millones, si quieres».


De acuerdo con los analistas, la cifra 97 mil 400 millones es mucho menor que 157 mil millones en que se valuó la compañía en su última ronda de financiación en octubre pasado y que además, podía haberse incrementado a 300 mil millones.


Según la agencia de noticias inglesa Reuters, para financiar esa oferta, Musk podría vender parte de su participación en Tesla o tomar un préstamo contra su participación, o usar su participación en la compañía de cohetes SpaceX que vale decenas de miles de millones de dólares como garantía.


Pero no se trata solo de dinero, Altman ya giró su mirada hacia otros socios: Softbank, una empresa de inversión japonesa y el gigante de la nube Oracle con un fondo soberano emiratí que buscan invertir 500 mil millones en infraestructura de inteligencia artificial en Estados Unidos.


La tragicomedia tecnológica de Musk
El nuevo afán de Musk podría ser además, «una cuestión personal» pues fue uno de los antiguos miembros de la junta directiva de Open IA inicios de la fundación de la empresa; pero en 2018 salió de ella alegando desacuerdos con su trabajo en Tesla.


Luego, hizo acto ofensivo contra sus antiguos compañeros y demandó a la empresa de IA de violar su misión inicial de ser una organización sin ánimo de lucro al haberse asociado con Microsoft.


En 2023, Musk escribía en la ya X: «OpenAI se creó como una iniciativa de código abierto (por eso la llamé ‘Open’ AI) y sin ánimo de lucro para servir de contrapeso a Google, pero ahora se ha convertido en una corporación de código cerrado y máxima rentabilidad controlada efectivamente por Microsoft».


En un constante «Te quiero-Te odio», Musk parece más interesado en Open IA de lo que supondría un pago de miles de millones de dólares; su relación bipolar con la empresa lleva casi un año entre demandas e intentos de continuar pegado a ella.


Musk presentó una instancia contra la compañía de Inteligencia Artificial en junio de 2024, que luego retiró cuando  Altman publicara en el sitio de la firma una entrada de blog que incluía varios correos electrónicos del magnate de origen sudafricano en los primeros días de OpenAI.


Según dichos mensajes, el interés de Musk estaba en aquel entonces en «ganar grandes sumas de dinero para financiar los recursos informáticos necesarios para impulsar las ambiciones de IA».


Sin embargo, apenas un mes después Musk puso una nueva demanda en agosto de 2024 y acusó a OpenAI de apresurarse a desarrollar una potente tecnología de «inteligencia general artificial» para «maximizar los beneficios y de chantaje.


En esta segunda temporada, OpenAI acusó a Musk de estar «esencialmente celoso» de que ya no estuviera involucrado en la startup, después de que abandonara OpenAI en 2018 tras un intento fallido de convencer a sus compañeros cofundadores para que Tesla la adquiriera.


La competitividad por la IA es aguda: Estados Unidos avanza a pasos rápidos en innovación básica y desarrollo de algoritmos, China compite enaplicación práctica y escalabilidad de estas tecnologías, reafirma un informe de Prensa Latina sobre el tema.


Tras el salto significativo de la nación asiática con DeepSeek, un modelo de IA que compite con tecnologías como ChatGPT de OpenAI y Bard de Google; los intereses del país norteamericano, liderado por Donald Trump-quien abrió las puertas a los magnates de las tecnologías- la «guerra con, para y por la IA», apenas comienza.