Descubren cientificos alteraciones en el núcleo de la Tierra

Londres, 12 de feb (Prensa Latina) Científicos encontraron deformaciones en el núcleo interno de la Tierra que tuvieron lugar en los últimos 20 años y podrían influir en la velocidad de rotación del planeta, trascendió hoy.


Según estudio publicado en la revista Nature Geoscience, estas modificaciones aparecieron en ondas de terremotos que alcanzaron el centro terrestre y gracias a trabajos previos, donde detectaron un cambio de giro del núcleo, fue más fácil interpretar variaciones en la altura de las ondas sísmicas y definirlas como alteraciones.


La investigación utilizó los datos sísmicos recopilados desde 1991 hasta 2023, incluidos 121 terremotos repetidos registrados en 42 lugares cerca de las Islas Sandwich del Sur de la Antártida y analizaron las formas de onda de las estaciones de matriz de receptores ubicadas cerca de Fairbanks, Alaska, y Yellowknife en el noroeste de Canadá.


Los cambios podrían deberse a la convección en el núcleo externo, que ejerce una atracción magnética sobre la parte menos viscosa del núcleo sólido, lo que significa que esta capa no es completamente sólida, informaron expertos.


Durante años los científicos habían creído que el núcleo interno era una esfera sólida y estable formada por hierro y níquel, con un radio de aproximadamente mil 221 kilómetros, alrededor del 70 por ciento del tamaño de la Luna.


Otra posible causa son las interacciones entre el núcleo interno y las formaciones presentes en el manto inferior, que se encuentra entre el núcleo y la corteza.


Esta capa terrestre alcanza temperaturas de hasta cinco mil 400 grados Celsius y presiones hasta 365 gigapascales, tres millones de veces mayores que la presión atmosférica promedio en Tierra, por lo que la observación directa es imposible y los estudios se realizan a partir de las transformaciones en el tamaño y la forma de las ondas sísmicas.


Con escalas de tiempo y materiales diferentes es, además, el responsable del campo magnético del planeta que actúa como un escudo contra la radiación solar dañina, por lo que sus modificaciones estructurales ponen en alertan a la comunidad científica.