Seducen clásicos del arte Trampantojo y engañan en París

París, 20 feb (Prensa Latina) Sugerir lo que no es, aunque sin mala intención y con derroche de talento, el arte del Trampantojo se apodera de París e invita a volar con la imaginación desde el pasado y la actualidad.


Vidrios rotos, portacartas, trofeos de caza, relieves y la naturaleza muerta con su vánitas, que recuerdan la fugacidad de la vida, han sido por los siglos emisarios de una técnica pictórica que con su acentuado realismo evolucionó en el tiempo en el objetivo de «engañar» la vista del espectador, de ahí su original nombre: trompe-lâ.


Cientos de personas acuden a diario al museo parisino Marmottan Monet, en el distrito 16, para dejarse conquistar por la magia de la perspectiva, el sombreado y el entorno, un arte que como tal se atribuye su fundación al pintor y litógrafo francés Henri Cadiou en 1960, retomando el esplendor alcanzado en el siglo XVII en Países Bajos con sugerentes cuadros.


La exposición Le trompe-, de 1520 à nos jours propone unas 80 obras de una treintena de artistas, gracias al apoyo de instituciones de diversos países, entre ellas la National Gallery of Art de Washington y los museos Thyssen-Bornemisza de Madrid, del pificio delle Pietre Dure de Florencia y del Louvre.


Del movimiento creado por Cadiou, de quien se exhibe su Mona Lisa surgiendo tras el papel rasgado, se muestran además trabajos de Jacques Poirier y Pierre Ducordeau.


Artistas icónicos del Trampantojo, como el neerlandés Cornelis Norbertus Gysbrechts, del siglo XVII, el suizo del XVIII Jean-Étienne Liotard con su retrato de María Teresa de Austria, los estadounidenses del XIX John Frederick Peto y John Haberle, de la llamada Segunda Escuela de Filadelfia, y el italiano Cristoforo Munari con su naturaleza muestra sobresalen en la expo.


También despiertan el interés del público obras de autores que no se especializaron en el tema, como el francés Jean-Baptiste Pillement con su pintura del campo portugués alterada por la irrupción de una cinta turquesa en la parte superior del lienzo o la hiperrealista escultura Jade, de Daniel Firman, que llega a sugerir que una intrusa se coló en el museo.


Otro que atrae muchas miradas en la muestra del Marmottan Monet, y lógicamente las confunde, es el pintor francés Guillaume Dominique Doncre, de la segunda mitad del siglo XVII y la primera del XVII, con sus decoraciones en Grisalla, una técnica muy útil entonces para engalanar lujosas edificaciones.