Estrasburgo, 25 nov (PL) En su discurso hoy ante la Eurocámara, el Papa Francisco llamó a la Unión Europea (UE) a ofrecer ayuda a los migrantes y deploró las muertes ocurridas todos los años en el mar Mediterráneo.
«El Mediterráneo no puede convertirse en un gran cementerio», dijo el Sumo Pontífice en su primera intervención ante el Parlamento Europeo.
En su discurso Francisco deploró también la imagen de una Europa cansada y envejecida, enferma de una soledad reforzada por la crisis económica.
«Esto se ve sobre todo en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también en los jóvenes sin puntos de referencia y oportunidades para el futuro, en los numerosos pobres que pueblan nuestras ciudades y en los ojos perdidos de los migrantes que han venido aquí en busca de un futuro mejor», dijo.
El Papa denunció el modo de vida moderno de los países occidentales, un poco egoísta y caracterizado por una opulencia insostenible y a menudo indiferente al mundo circundante, sobre todo a los pobres.
El jefe de la iglesia católica visitará hoy también la sede del Consejo de Europa, organización de ámbito regional creada en 1949, donde están representados la casi totalidad de los países del continente.
Allí será recibido por su secretario general, el noruego Thorbjorn Jagland, e intervendrá en la sesión solemne de la Asamblea Parlamentaria de la institución.
El breve e intenso viaje durará menos de cuatro horas y en la tarde el Sumo Pontífice regresará a Roma, según el programa anunciado por la Santa Sede.
El Mediterráneo no puede ser un cementerio, advierte Papa Francisco
