Washington, 29 jul (PL) La Convención Nacional del Partido Demócrata hizo historia en Estados Unidos al nominar a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton como candidata a la presidencia del país.
El solo hecho de que Hillary será la primera mujer en entrar a la disputa para convertirse en la comandante en jefe del país sentó un precedente histórico que puede cimentar el papel del sector que más vota en la nación y abrir el campo a un cargo que hasta ahora solo fue exclusivo de los hombres.
En un discurso que generó grandes expectativas, una desafiante Clinton dejó claro que es la representante del llamado establecimiento pero, a la vez, envió un mensaje de optimismo a sus compatriotas ante las ideas, muchas irrealizables de su contrario en las urnas en los comicios presidenciales de noviembre, Donald Trump.
Su mensaje de unidad y comprensión a los seguidores de su rival en las primarias, el senador Bernie Sanders, en especial a los millones de jóvenes que hicieron campaña a favor de mejoras económicas y sociales, mostró su interés en cerrar heridas y buscar la unidad del partido azul para enfrentar las predicciones apocalípticas de Trump.
En Filadelfia la nominada entró a la historia arropada por brillantes intervenciones del presidente Barack Obama y la primera dama Michelle, el vicepresidente Joseph Biden, el propio Sanders y otros que hicieron discursos para disipar, en parte, la borrasca prevista en el foro partidista.
En un discurso mesurado y por supuesto bien pensado, Clinton se presentó como algo diferente a Trump y sin complejos sobre su hoja de vida.
Su mensaje de esperanza tuvo una buena acogida ante la alternativa «verdaderamente peligrosa» que ofreció su rival en la convención republicana en Cleveland, donde acudió al miedo ante lo que pudiera pasar para atraer a los votantes.
Cuando le dijo a los simpatizantes de Sanders: Te escucho, su causa en nuestra causa, lanzó un mensaje de unidad.
El conclave de cuatro días en el Wells Fargo Center, en Filadelfia tuvo varios ganadores, en especial Hillary, que según analistas dio un discurso que sin tener la espectacularidad y maestría del de Obama, fue competente y suficiente para entusiasmar a los demócratas y tal vez a muchos republicanos que se apartan de Trump.
Ahora, a 101 días de que se abran las urnas, simpatizantes de Clinton esperan que esta avance con más fuerzas hacia la Casa Blanca y frene el ascenso de Trump en las encuestas.
A su favor está el mensaje optimista que dio el presidente Obama y el llamado a la unidad de Sanders, quien elogió la plataforma que llevará a la Casa Blanca como la «más progresista de la historia del partido».
Hoy, el escenario está preparado para el choque Clinton contra Trump, que llevará a los estadounidenses a decidir ante un malo conocido, Hillary, un halcón del establishment, y un malo imprevisible por conocer, Trump, un crítico de la forma de hacer política en Washington pero, con ideas apoyadas en el miedo y en tiempos de apocalipsis.