Rio de Janeiro, 12 ago (PL) La gimnasta estadounidense Simone Biles rechazó hoy las comparaciones con las grandes figuras olímpicas, pues ella marca el inicio de una nueva época.
«No soy la próxima Usain Bolt o Michael Phelps: soy la primera Simone Biles«, afirmó tras colgarse su segunda corona olímpica la fenomenal escritora de una historia de perfección y belleza en Rio.
Tal aclaración podría sonar arrogante, pero silencia con firmeza los supuestos cumplidos que esconden un sexismo rampante, fantasma que ha acosado la cobertura periodística en estos Juegos Olímpicos.
Por ejemplo, un comentarista afirmó que Biles realizó en barras asimétricas rutinas «de hombre», en tanto otras deportistas han sido reconocidas por su edad, su apariencia o sus esposos.
La flamante monarca de la prueba de «all-around» se ha robado el show en la Ciudad Maravillosa con sus ejecuciones impecables, estilo y osadía, atreviéndose a bailar (samba) en casa del trompo.
A sus 19 años de edad, algunos se atreven a considerarla la mejor gimnasta de todos los tiempos, una afirmación más apasionada que científica, pues la ruta de Biles recién comienza.
Simone Biles no quiere vivir a la sombra de ningún otro atleta
