México, 22 ago (PL) El secuestro y liberación, sin argumentos revelados, de dos de los hijos del narcotraficante en prisión Joaquín «El Chapo» Guzmán, mantiene hoy en vilo a las autoridades de varios estados del Pacífico por un posible repunte de una «guerra entre carteles«.
Estudiosos en materia criminal en México no descartan que la retención de Alfredo Guzmán Salazar y su hermano Iván Archivaldo por miembros del cártel Jalisco Nueva Generación sea producto de tensiones y rivalidades dentro de la organización de El Chapo.
Ese hecho resultó el detonador de la alarma, para algunos esperada, desde la recaptura del líder del cártel de Sinaloa en enero de este año, después de haberse fugado del penal del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México.
El consultor en seguridad pública Eduardo Guerrero analiza además que la inminente extradición de El Chapo a Estados Unidos crea divisiones en la cúpula, intereses que se sienten amenazados y comienzan a actuar en busca de liderazgo y poder.
Todo apunta a un posible recrudecimiento de la violencia por las disputas entre el debilitado -para algunos- cártel de Sinaloa y sus rivales de Jalisco Nueva Generación que extienden sus dominios a zonas de Oaxaca y Chiapas, en el sur del país y Veracruz.
Mario López Valdez, gobernador de Sinaloa, espera que en su territorio aumenten los homicidios tras el secuestro múltiple del pasado lunes en el bar «La Leche«, en Puerto Vallarta.
El estado sinaloense además de ser cuna de organizaciones criminales, es un campo de lucha entre uno y otro bando por el dominio del territorio y las rutas de la droga hacia Estados Unidos.
Durante el 2015 se registraron más de mil 600 asesinatos, qe superó la media nacional de 17 por cada 100 mil habitantes; en lo que va del actual año hay abiertos 524 expedientes por ese delito.
Las mismas inquietudes tienen las autoridades de los estados vecinos de Nayarit y Jalisco.
Roberto Sandoval, edil de Nayarit, mandó a reforzar la zona sur, frontera con Puerto Vallarta, con una buena cantidad de policías.
La rivalidad entre estos carteles está presente en el estado de Colima, uno de los más pequeños del país. Desde mediados del 2015 llevan una guerra por controlar la región y en especial el puerto de Manzanillo, como punto de entrada de químicos para procesar la droga.
En el 2015 los asesinatos se triplicaron en ese estado, un promedio de 31 por cada 100 mil habitantes, superior a la tasa de Colombia y Brasil; la tendencia actual es superior.
Recrudece la violencia en México por enfrentamientos entre cárteles de la droga
Por Raúl García Alvarez